1 de julio de 2019

¿POR QUÉ DIOS ES TAN MALO?


¿Por qué Dios es tan malo?
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Cuando salimos a las calles y observamos con calma la realidad que se encuentra en muchas esquinas, podríamos afirmar que Dios es malo, mejor dicho, Dios es malísimo, es un padre que no ama, sino que odia a sus hijos.

Resultado de imagen para Dios maloVer a niños o jóvenes pidiendo limosnas, mujeres embarazadas o con un niño en los brazos viviendo en las calles, jóvenes drogándose, enterarnos de personas que han decidido suicidarse, restaurantes que botan comida mientras miles pasan hambre, templos llenos de fieles rezando y dándose golpes de pecho y que contradictoriamente cuando salen a las calles se convierten en lobos disfrazados de ovejas violando los derechos de los otros y abusando de su estatus o poder. ¿No les parece que estos ejemplos son suficientes para afirmar que Dios es malo?

Si Dios fuera bueno todos los seres humanos tendrían un estilo de vida razonablemente bueno. Por ejemplo: en una familia no existirían peleas ni odios, los padres no abortarían a sus hijos, los niños y jóvenes tendrían la oportunidad de crecer en un hogar fundado en el amor, las riquezas materiales estarían bien distribuidas, no existirían pobres ni ladrones, los fieles practicantes serían coherentes con lo que predican, en la escuela ningún estudiante saldría mal en sus estudios y mucho menos perdería un año escolar y los narcotraficantes no existirían.

Escuchar a un adolescente afirmar que Dios no existe y que todo lo que se le ha enseñado sobre Dios es mentira porque desde que nació su vida ha sido una verdadera tragedia es comprensible, como adulto formado en las ciencias religiosas y en las ciencias pedagógicas puedo comprender que el análisis que este adolescente realiza es unidireccional (Dios en la vida del ser humano), y no es bidireccional (Dios y los hombres en mutua relación). Quien ha sido golpeado sin dar algún motivo para ello, mira su herida, llora por el dolor que siente y reacciona en rechazo total hacia la persona que le generó tal dolor, el problema está cuando no enfocamos racionalmente nuestro análisis hacia la verdadera causa de la herida.

Otro ejemplo es cuando una persona buena, inocente, llena de vida, cae en cama con una enfermedad mortal. Es de los muchos escenarios que se repiten con frecuencia y cuya culpa pertenece únicamente a Dios, dejando por fuera cientos de argumentos o posibles causas.

Lo cierto es que pertenecemos a una cultura occidental en donde la imagen y formación que poseemos de Dios pesa mucho al momento de intentar analizar los acontecimientos de la vida. Si creemos que Dios es omnipotente debiendo influir y actuar en todo acontecimiento de la vida humana pasando por encima de los mismos seres humanos, entonces cabe perfectamente la pregunta “¿por qué Dios es tan malo?”

Cuando desde niños se nos enseña que encendiendo velas a los santos o rezando rosarios y asistiendo a misa, recibiremos una especie de escudo protector que nos librará de todo mal, entiéndase robos, enfermedades, dolor, pérdida de bienes, peleas con seres queridos, etc.

Sin darse cuenta, nuestros maestros en la fe cometen un error que aparentemente pareciera tonto o ingenuo, pero al pasar de los años reaparece en nuestra conciencia lleno de dolor y rabia a través de una pregunta ¿por qué si Dios es tan bueno, a mí me pasan estas cosas malas?, ¿será que Dios no existe?, ¿será que me engañaron?, ¿será que mis buenas acciones no sirvieron para nada?

Quiero rescatar unas palabras expresadas por el doctor Yokoi Kenji en una de sus conferencias en la ciudad de Puebla México, la cual fue publicada en youtube en el año 2019:

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“Yo soy latino y nos gustan las cosas ya, el final ya, y de ahí que yo odiaba las historias de los japoneses, pues yo soy colombiano, y esas historias sin final yo las odiaba. Viviendo en Japón y estando en la escuela, un día entró el maestro y nos dijo:

“Muchachos, hoy les voy a contar una historia importante de la cultura japonesa.”

Yo me emocionaba, una historia.

Maestro: “La vida que ustedes tienen en este momento, lo que están viviendo, es como la vida de aquel hombre que huye del tigre, el tigre ya lo va alcanzar para tragárselo, es su comida, no va a desistir, lo persigue y lo persigue, y el hombre corre y corre, ya no tiene fuerzas para seguir corriendo, así que toma una decisión aquel hombre, se lanza por un abismo, con la suerte de quedar colgando de una rama, pasa toda la noche ahí dormidito, y al otro día, cuando despierta, mira hacia abajo con la esperanza de ver si puede bajarse, pero hay un problema, el tigre está abajo durmiendo esperándolo, es su comida y no va a desistir, menos mal que justo en ese momento el hombre nota que de la rama donde está agarrado, justo hay una mora, una zarzamora gigante, que él no había visto antes por la oscuridad de la noche, ahora brilla por la luminosidad del sol, el hombre extiende su mano, la toca con la punta de sus dos dedos y está tan madura, que esa mora se desprende solita, el hombre la introduce en su boca, la mora estalla e inmediatamente calma su sed.

Y ahí termina la historia. Y los niños japoneses escuchan ese final y hacen ¡ohhhh! Y yo el único niño latino pregunta ¿y el tigre? Y el maestro responde:

Maestro: “el tigre no importa Kenyi, siéntese, lo que importa es la mora”

Y yo insistía, la mora no importa, lo que importa es el tigre, y seguía la clase, yo no podía pensar en más nada, soy un latino, ese señor se quedó colgando de esa rama, matémoslo o salvémoslo, pero hagámosle un final a este cuento.

Un día apareció un maestro que me dijo: “Kenji venga que le explico: ¿por qué el tigre no importa? 
Porque el tigre es la muerte, a todos nos espera, nadie la puede evadir, por eso no importa, pero la mora, son esas cosas pequeñas que nadie nos puede quitar y por eso su vida es como esas pequeñas moras.” (1)

Los niños japoneses han aprendido a identificar los momentos hermosos de cada día, se les enseñó a saborear las moras de la vida, a identificarlas, también reconocen los momentos difíciles pero no se enredan en las historias y dolores que estos encierran, saben que el mal existe y es por eso que se preparan para enfrentarlo de una manera inteligente y no visceral, sentimental, irracional.

Poder identificar el origen del mal nos hará libres, nos permitirá reconocer que Dios no es el padre de lo malo, no es el causante de las tristezas, de las tragedias, por el contrario, Dios es el Padre del amor, de la reconciliación, de las oportunidades, de la esperanza, es el que nos envía su Santo Espíritu para que le dejemos entrar en nuestras vidas, le abramos el corazón y nuestra mente y le permitamos actuar junto a nosotros. En la medida en que dejemos que el Espíritu de Dios invada nuestro ser, estaremos encontrando las respuestas adecuadas a tantos males existentes en la tierra.

Las enfermedades deben ser estudiadas, cada una tiene una razón de ser, una causa y posibles tratamientos, los ladrones y violadores son parte de una sociedad enferma, de un problema de educación, de formación en valores y principios.

Los divorcios o la violencia intrafamiliar son generados por el mismo ser humano, quien se deja dominar por los celos, el ego, la rabia, el querer controlar o dominar la vida de los otros, la falsa concepción de libertad.

Un país pobre en donde sus calles están llenas de indigentes, consumidores de drogas o niños abandonados, no es culpa de Dios, es culpa de los propios dirigentes políticos que han sumergido en la miseria a los habitantes de ese país, robándoles la oportunidad de estudiar, crecer económicamente, de salir de la pobreza y la miseria.

Lo presentado anteriormente hace referencia a acontecimientos totalmente humanos, cuyo único responsable es el hombre. Las guerras, el maltrato, la envidia, la ambición, el odio y todo sentimiento destructivo no le pertenecen a Dios. Como existe el bien también existe el mal, los seres humanos en medio de nuestro ser creados a imagen y semejanza de Dios gozamos de la libertad, de esa facultad que nos ha obsequiado Dios como buen Padre, que no somete, ni esclaviza a sus hijos.

Se imaginan a Dios manejando a su antojo a todos los seres humanos como si fuéramos títeres, sin la posibilidad de optar y tomar decisiones sobre nuestro presente y futuro. Esa imagen es terrible, ahí sí deberíamos afirmar que Dios es malo.

Ahora conversemos sobre Dios y hagámoslo a la luz de la siguiente cita de la primera carta del apóstol San Juan:

7"Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. 8.Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.

9.En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él.

10.En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. 11.Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.

12.A Dios nadie le ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. 13.En esto conocemos que permanecemos en él y él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. 14.Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo, como Salvador del mundo." (2)


Porque reconozco la existencia amorosa de Dios en mi vida, en el mundo, en cada ser humano, entonces como consecuencia mis acciones serán coherentes con ese amor recibido. Yo me porto bien y soy una persona educada, servicial, comprensiva, compasiva, coherente y todo lo bueno que pueda ser, porque en mí no existirá otra forma de retribuir el amor recibido por medio de Jesucristo a toda la humanidad. Soy bueno porque me reconozco amado, no porque le tengo miedo a Dios.

Resultado de imagen para Dios es amorAl leer este texto del apóstol San Juan reconozco y soy capaz de analizar que el mal no proviene de Dios, nace y surge de todo aquel que se aleja de Dios. Los seres humanos que actúan desde la maldad no han conocido a Dios, desde su libertad mal manejada le cierran las puertas a la experiencia amorosa que el Creador tiene para ellos.

El amor consiste no en que nosotros hayamos amado a Dios primero, eso es un error que muchos seres humanos cometen en su reflexión interior. Algunas personas analizan que si se portan bien, si cumplen los mandamientos y son fieles a toda la doctrina cristiana, entonces Dios tiene la obligación de guardarles un puesto junto a Él en el Paraíso, esto me recuerda mucho al comportamiento asumido por el hijo mayor en la parábola del hijo pródigo al enterarse que su hermano menor había regresado a casa, es triste pero el hermano mayor no logró comprender que lo que nos hace hijos fieles de Dios es la capacidad que tengamos de amar y perdonar. La lógica de Dios es diferente a la humana, es otra cosa, rompe nuestros esquemas limitados. El amor consiste en que Dios nos amó primero, antes de que nosotros llegásemos incluso a tener conciencia de su existencia, y cada uno de nosotros llegará a gozar de la vida eterna no porque fuimos buenos en la tierra, sino porque Dios es el bueno y yo como reconozco su amor infinito y su misericordia hacia mi persona, decido libremente, (haciendo uso de mi ser imagen y semejanza de Él) portarme bien, lo mejor que yo pueda, luchando siempre contra las tentaciones y arrepintiéndome de mis faltas.

La encarnación de Dios en la tierra nos liberó de la muerte, del pecado, de las cadenas que nos impedían ser libres. San Pablo en su carta a los Corintios nos dejó el siguiente mensaje

55"¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?

56.El aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la Ley. 57.Pero ¡gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por nuestro Señor Jesucristo! 58.Así pues, hermanos míos amados, mantengámonos firmes, inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo no es vano en el Señor." (3)

El mal tiene la gran tarea de hacernos creer que Dios es malo, su trabajo es alejarnos de Dios, clavar en nuestros corazones y mentes el aguijón del “rechazo a Dios”; haciéndonos creer que “porque somos libres decidimos no creer en nada”.

Qué fuerte esa afirmación "el aguijón de la muerte es el pecado; y la fuerza del pecado, la ley." Estemos atentos, ya que podemos estar siendo víctimas de ese aguijón y no ser conscientes. Uno de los mayores pecados es desconocer el mensaje de Jesucristo, la revelación de que el Padre es amor y misericordia, quienes difunden un mensaje diferente caen en pecado, justificando sus acciones en la ley, ojo, la ley no puede estar por encima del hombre, "el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado" (Mc. 2,27-28). 

Les invito a crecer en la fe, a dar los pasos necesarios para fortalecer nuestras columnas – fundamentos de fe. Si una casa se edifica sobre arena se va a caer, si la construimos sobre aguas se nos derrumbará, busquemos un buen terreno, suelos sólidos, de rocas firmes y fuertes, ya que en el caminar de la vida, nos estaremos enfrentando constantemente a tormentas, vientos fuertes, golpes y tornados. La fe no se limita a lo que una persona pueda sentir, la fe debe poseer una mezcla de razón, emoción y sobre todo la presencia del Espíritu Santo, que es quien abre los ojos y permite que ardan los corazones, al mismo estilo que lo vivieron los discípulos de Emaús.

Recordemos el cuento japonés del hombre y el tigre que nos compartió Yokoi Kenji, lo importante no es el tigre, no es la muerte, no es el cáncer, el ladrón, o el odio, lo importante es la mora, Jesucristo, el amor, la misericordia, el perdón, la sanación, la compasión, la esperanza; con todo ello y más, podremos cambiar cada una de las malas experiencias, podremos vencer al mal convirtiéndonos en hombres y mujeres que se reconocen amados y por ende dan amor, somos poseedores de la verdad, aquella que solamente algunos seres humanos han decidido reconocer.

Dios no es malo.


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Citas:

1 de mayo de 2019

HISTORIA DE FE


Historia de fe

Si cada persona tuviera la oportunidad de analizar con calma su historia de fe, seguramente tendríamos más respuestas y menos dudas o conflictos con Dios.

Imagen relacionadaLas prácticas religiosas que hemos realizado desde niños han sido aprendidas, transmitidas por nuestros padres, abuelos, tíos e incluso por la escuela. Entonces podemos comenzar por analizar que no todo el mundo posee la misma experiencia religiosa ya que cada familia transmite a sus niños lo que considera importante, valioso y necesario, todo esto desde lo que cada uno ha logrado comprender.

Tratemos de ser más claros en la explicación. Si una abuelita cree que Dios es fuerte y castiga, entonces transmitirá esa enseñanza a sus nietos, desde niños le tendrán miedo a Dios y lo verán como un juez que les observa y juzga poniendo sanciones a cada error cometido. Esos nietos dejarán de ser niños y pasarán a la adolescencia, etapa en la que la voz de los adultos suele sonar un poco molesta, no tiene tanta influencia, y en nombre de la mal entendida “libertad” algunos jóvenes dejan a un lado todas esas enseñanzas queriendo “construir” algo nuevo que se adapte más a sus actuales intereses y gustos. Entonces en algunos casos comienza una rebeldía contra Dios porque es malo, juez injusto, etc. El que menos tiene la culpa en todo este proceso de educación en la fe (Dios), es el que resulta pagando las consecuencias.

Otro ejemplo a considerar en nuestro análisis.

Desde muy pequeños nos hablaron de la Navidad como un momento en el que el niño Dios le trae regalos a los niños que durante el año se portaron bien. Para nuestra sorpresa, eso sucedía, la noche del 24 para el 25 de diciembre estábamos emocionados esperando que de todo lo escrito en nuestra carta llegara mágicamente y apareciera al pie del árbol de navidad o del pesebre. Ese gesto que parece tan inocente deja una marca en nuestro imaginario hacia Dios. Si de niños nos ha cumplido con la mayoría de los deseos pedidos, ¿por qué de adolescentes o adultos no pasa lo mismo?, ¿será que me porté muy mal o que él no es tan bueno como me decían?, ninguna de las opciones anteriores es correcta, no te portaste mal y mucho menos Dios ha dejado de ser bueno, cada caso hay que analizarlo con delicadeza y madurez, no debemos aplicar una sola respuesta a todas las realidades, eso sería irresponsable de nuestra parte.

Lamentablemente una bomba hace más ruido que miles de caricias que se ofrecen en el mundo. Los seres humanos escuchamos más el escándalo que produce el mal que los gestos discretos y tiernos de Dios.

La fe es uno de los tesoros que poseemos,  es muy frágil, debe ser cultivada y protegida con muchísimo cuidado, ya que constantemente está siendo atacada y en diversas oportunidades ni nos enteramos del daño que va sufriendo como consecuencia de nuestro descuido.

Leamos el siguiente cuento:

Sin parpadear
Durante una guerra civil en Corea, cierto general avanzaba implacablemente con sus tropas, tomando provincia tras provincia, y destruyendo todo lo que encontraba a su paso. El pueblo de una ciudad, al saber que el general se aproximaba y habiendo oído historias de su crueldad huyó a una montaña cercana.
Las tropas encontraron las casas vacías. Después de mucho buscar, descubrieron a un monje zen que había permanecido en el lugar. El general ordenó que viniese ante su presencia, pero el monje no obedeció.
Furioso, el general fue donde se encontraba el monje.
Resultado de imagen para monje zen-¡Tú no debes de saber quién soy yo! -rugió-. ¡Yo soy quien puede atravesar tu pecho con mi espada, sin parpadear siquiera!
El maestro zen se volvió hacia él y le respondió serenamente:
-Usted tampoco debe de saber quién soy yo. Yo soy aquel que puede ser atravesado por una espada, sin parpadear siquiera.
Al escuchar esto, el general se inclinó, hizo una reverencia, y se retiró. 
Paulo Coelho


Análisis:
¿Con quién podemos comparar al general que iba atacando a las personas y destruyendo todo rasgo de fe que encontraba a su paso?

¿A quién se parece la gente de ese pueblo que al escuchar lo malo que era ese general salió huyendo a una montaña cercana?, personas sin fe, frágiles, sin armas o estrategias para defenderse.

Los soldados encontraron las casas vacías, sin fe, sin nada ni nadie, el único que permaneció firme fue el monje.

¿A quién se parece el monje zen, cuáles son sus características?, ¿dónde estaba depositada su fuerza?

 Espero sus comentarios y reflexión.

¿HACIA DÓNDE QUEREMOS IR?


¿Hacia dónde queremos ir?

Resultado de imagen para direcciónToda institución educativa católica, atraviesa por el complejo camino de la defensa y seguridad del bien comunitario. Pensar en plural exige de todo ser humano el maravilloso esfuerzo de cambio de lugar al momento de observar. No es lo mismo mirar frente a un espejo que a través de una ventana que da a la calle. El escenario será totalmente diferente, sin darnos cuenta comenzaríamos a pensar más en los otros que en nosotros mismos.

Jesús de Nazaret nos invita constantemente al servicio, a la escucha, a dialogar como hermanos. Cuando en un salón de clases se encuentran 35 estudiantes y un profesor, es importante que existan normas, acuerdos previamente establecidos que aseguren la vivencia del Evangelio. Aunque las palabras de Jesucristo suenan muy hermosas, en lo profundo de su mensaje encontramos grandes exigencias, disciplina, coherencia y respeto.

¿Hacia dónde queremos ir? Veamos si el siguiente cuento nos ilumina un poco más sobre esta pregunta.

Todo es cuestión de tiempo

Un judío ortodoxo se acercó al rabino Wolf:
-¡Los bares están llenos, y las personas se pasan la madrugada entera divirtiéndose!

El rabino no respondió nada.

-Los bares están llenos, las personas pasan la noche en vela jugando a las cartas, ¿y usted no dice nada?

Es bueno que los bares estén llenos - fue el comentario de Wolf -. Todo el mundo, desde el principio de la creación, siempre ha deseado servir a Dios. El problema es que no todos saben la mejor manera de hacerlo. Intenta ver lo que te parece pecado como si se tratara de una virtud. Estas personas que pasan la noche en vela están aprendiendo a permanecer despiertas y a persistir en algo. Cuando se perfeccionen en eso, todo lo que tendrán que hacer es volverse hacia Dios. ¡Y qué magníficos siervos serán ellos entonces!

-Es usted muy optimista -dijo el hombre.

-No se trata de eso - respondió Wolf -. Se trata de entender que cualquier cosa que hacemos, por más absurda que nos parezca, puede conducirnos al camino. Todo es cuestión de tiempo.

Paulo Coelho

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En este cuento el rabino Wolf estaba realizando el verdadero ejercicio de la contemplación.  Observaba, ejercicio que el común de las personas no estamos acostumbrados a hacer. Él miraba con los ojos de la fe, permitiendo a Dios ser Dios. Ojalá nosotros logremos responder a la pregunta ¿hacia dónde queremos ir? Eso nos permitirá emprender el camino correcto y rectificar lo que sea necesario, de esta manera nos convertiremos en magníficos siervos, dispuestos a servir, a reconciliarnos con nuestro pasado permitiendo a Dios que resucite en nuestras vidas y de esa manera pondremos a su servicio todo lo aprendido.

Todo es cuestión de tiempo, el rabino Wolf afirma que desde el principio los seres humanos han querido servir a Dios. Cabe preguntarnos, ¿estoy listo para servir a Dios o necesito más tiempo?

De las destrezas y habilidades que he logrado desarrollar y reconocer en mí, ¿cuáles me permiten ponerme en servicio y de qué forma?

Con gusto leeré tu reflexión.

¿SERÁ QUE ME ENGAÑARON?


¿Será que me engañaron?

Resultado de imagen para dudasDesde muy pequeños nos han enseñado diferentes prácticas y dogmas sobre la religión a la que pertenecemos, algunas de estas enseñanzas nos han servido para avanzar en nuestro crecimiento humano como niños y preadolescentes, pero llegada la adolescencia comienzan a aparecer nuevas ideas, preguntas y muchas inquietudes, en especial sobre todo aquello que hasta el momento parecía intocable.

Algunas de las inquietudes que pueden estar surgiendo son:
Si Dios es tan bueno como dicen, ¿por qué permite que pasen cosas malas?
Si Dios es el todo poderoso, ¿por qué no elimina a los malos y deja solamente a los buenos?
¿Por qué Dios no evita los desastres naturales?
¿Cómo Dios permite que vengan al mundo tantos niños a sufrir?
¿Será que me engañaron?

Las preguntas seguramente son muchas más y cada una va naciendo junto a otros argumentos desde la experiencia “personal” que cada uno ha tenido a nivel religioso. 

Los extremos no suelen ser buenos y es muy importante que los adultos nos detengamos a analizar ¿cómo hemos educado en la fe a los niños? Ya que esto trae consigo consecuencias buenas o no tan buenas.

Una crianza en la fe basada en ritos, prácticas incomprendidas y sustentadas en el temor a Dios más que en el amor de Dios no generan buenos resultados.

Cumplir con los mandamientos y practicar los sacramentos porque la Iglesia lo manda y de lo contrario estoy pecando, podría generar en algún caso, sentimientos de rabia, dolor o molestia.

Pertenecer a una religión porque mis padres pertenecen no es un razonamiento lógico. Una educación religiosa familiar basada en el diálogo, el estudio, análisis, el conocimiento de las causas y la construcción de argumentos sólidos permite a cada uno de los integrantes sentirse tratado como protagonista y corresponsable, ejerciendo su ser imagen y semejanza de Dios.

¿Qué debemos hacer con tantas preguntas y dudas hacia Dios y la religión?
Lo primero es identificar cuál ha sido la educación religiosa recibida. Seguidamente amar esa historia personal, reconocer que todo lo recibido ha sido dado con la mejor de las intenciones, especialmente por parte de los padres. Es importante iniciar un proceso de clarificación de dudas, búsqueda de argumentos, desde una postura razonable, no impulsada por la rebeldía o la cerrazón.

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La fe es un don, un obsequio que Dios me da y que yo recibo para cultivarla o dejarla morir. Lo cierto es que posee tanta fragilidad que merece ser atendida y alimentada todos los días. No siempre conseguiremos respuestas razonables a todas nuestras preguntas, pretender conocerlo todo y dominar todo sería un acto de ingenuidad. No olvidemos que somos hombres y mujeres limitados, no dioses.

También es importante identificar qué es lo que cada uno está viviendo en estos momentos, qué origina tantas dudas. Dios no nos ha olvidado, ni ha renunciado al amor y misericordia que siente por nosotros. Si renunciara a eso dejaría de ser Dios.


"En la marcha hacia la verdad, la ira, el egoísmo, el rencor, etc.... deben quedar de lado, pues de otro modo sería imposible alcanzar la verdad. Un hombre a merced de sus pasiones puede tener muchas buenas intenciones, puede tener palabras verídicas, pero jamás descubrirá la verdad. Una búsqueda exitosa de la verdad exige liberarse por completo del tropel de dualidades tipo amor u odio, felicidad o desdicha."

Mahatma Gandhi

Reflexión final:
¿Cuál es el camino que deberíamos emprender para ir encontrando las respuestas a tantas preguntas sobre Dios y su presencia en nuestras vidas?
¿Qué debe hacer una persona para aumentar su fe evitando que sea debilitada?

Que este escrito sea la oportunidad para dialogar en familia y fortalecer cada experiencia religiosa que se va viviendo, no olvidemos que Dios desea que vivamos en libertad y plenamente felices.

Espero sus comentarios.

17 de febrero de 2019

GESTIÓN Y PROFETISMO


GESTIÓN Y PROFETISMO
¿Será posible que un educador o un directivo se convierta en un profeta?

Tomar la decisión de llevar una manera de vida desde una perspectiva crítica y constructiva en relación con las pesadas estructuras sociales, políticas, económicas, religiosas y culturales, es lo que llamamos “profetismo”.

Comencemos por definir ¿qué es un profeta? Lo primero que debemos aclarar es que NO es un vidente, que logra predecir mágica y trágicamente el futuro.




“El profeta evoca el sueño de un mundo diferente, con otra lógica de relaciones, la crítica y la des-absolutización de las instituciones en nombre del Señor.” (1)

El profeta observa la historia a partir de las injusticias, de los marginados, los excluidos y los más pobres. Los profetas lideran organizaciones, grupos de personas para “desorganizar” y ofrecer nuevas alternativas para reconstruir desde el plan de Dios. En otras palabras, se encargan de abrir los ojos y destapar los oídos, tocando los corazones de aquellos que no han logrado direccionar su trabajo en bien de la sociedad, buscando el beneficio de muchos y no el de unos pocos.

Gerenciar es prever, planificar, liderar la ejecución y evaluar. Todas estas acciones recobran un poder trascendental cuando se asumen desde la postura profética, teniendo como objetivo final el alcance de resultados de calidad, desde las ciencias y la transformación evangélica del ser humano.

Quiero invitarles a través de este escrito a dejar de pensar que el ser profeta le corresponde únicamente a los hombres y mujeres que han dedicado su vida al sacerdocio o la consagración religiosa. Es un llamado, una invitación que se le hace a todo ser humano que cree en el amor, en la libertad, en la paz, la justicia, el perdón, la fraternidad y la igualdad.

La coherencia entre las palabras y las acciones es una de las exigencias que debe poseer un profeta. Cuando hablamos de coherencia hacemos énfasis en la predicación y vivencia de los principios antes mencionados, por ejemplo: decir que apoyamos la libertad pero en las acciones como gerente se impide el libre pensamiento, sería totalmente contradictorio.

Entendiendo el profetismo dentro de la gestión se convierte en una solución a muchos problemas, es una alternativa innovadora, creadora de nuevas acciones y oportunidades, es una instancia dentro de la planeación, la ejecución y la evaluación, invitando a todos los agentes a ser parte protagónica.

El profeta debe comprender con lucidez los mecanismos escondidos en los hechos, lograr ver más allá de las apariencias, ¿recuerdan aquello de mirar lo “invisible” en las personas o acontecimientos? El profeta no se queda con la primera expresión o reacción, busca llegar a su origen, a aquello que lo ha generado, la primera causa, y es desde ahí que podrá tomar una decisión. Esto es lo que llamamos ser visionarios, percibir antes que los otros los llamados de Dios, hacerse siempre las preguntas ¿qué me está queriendo decir Dios con todo esto?, ¿qué debo hacer?

Carlos Mesters afirmaba “los profetas son la conciencia crítica del pueblo de Dios”. No estaba equivocado.

Vamos a reflexionar sobre los actuales rasgos del profetismo:
experiencia de Dios,
ética,
anuncio,
denuncia y
conexión.

Experiencia de Dios:
Todos los seres humanos tenemos una experiencia de Dios, cada quien conoce su itinerario, todo es cuestión de hacer consciencia del mismo y poder trabajar para sanar lo que haya que sanar y consolidar sus bases tan necesarias para avanzar.

Indiscutiblemente necesitamos del prójimo para aumentar esta experiencia de Dios, el cual habla y se nos hace presente en cada ser humano.

Las sagradas escrituras son otra herramienta que nos iluminan el camino, nos permiten evaluar y proyectar cada tramo a recorrer.

Dios ha realizado una alianza con su pueblo, alianza de salvación, de perdón y misericordia, de resurrección. Renovemos cada día esta alianza, pongamos nuestra vida en manos de Dios y que sea su Santo Espíritu el que nos lleve de la mano en nuestro rol como profetas.

Ética:
Cuando reconocemos que somos hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza, estamos aceptando que la libertad y la vida nos vienen de Él. Es por ello que el profeta defiende estos dones, el don de la vida y el don de la libertad. En el profetismo la ética nos impulsa a escapar del mal y realizar el bien, defenderlo y proclamarlo. El criterio que nos permitirá evaluar si estamos actuando correctamente es la práctica de la caridad y de la justicia social.

Anuncio:
Hoy en día los profetas tienen la misión de mantener encendida la llama de la fe, de la esperanza, del reconocimiento del bien sobre el mal; sabiendo que Dios está por encima de lo malo. El profeta anuncia la Buena Nueva, cree en ella, la reflexiona y la logra entender dentro de los acontecimientos de la historia.

Denuncia:
El profeta va reconociendo en el camino qué tan cerca o lejos está de los planes de Dios, si hemos puesto por encima nuestros intereses y deseos, si conseguimos excusas para dejar de amar a todos para amar a unos pocos. La gestión profética podría convertirse en ruido, en algo molesto, que perturba a aquellos que impulsan planes contrarios a los Evangelios. Cuando se suman la acción gerencial y el ser profeta, el miedo desaparece. Esta es una de las acciones que más exigen a todo directivo y es la más atacada por las tentaciones, en algunas ocasiones el manejo del poder corrompe a las personas, las aísla, les lleva a ser selectivos en las amistades siempre y cuando le beneficien, controla las acciones y pensamientos a su gusto, intimida y amenaza. 

Conexión:
El directivo profeta debe reconocer la importancia que tiene en su gestión el relacionarse con todas las personas posibles. Estar cerca del pueblo, de los más humildes, los pobres y sencillos. Poder escucharlos a todos, que le hablen y le compartan sus penas e inquietudes. Estar conectados es caminar junto al otro, al prójimo. Lo peor es quedarse en la oficina dirigiendo todo, desde el balcón, mirando a lo lejos y creyendo que todo está bien porque es lo que le informan. El directivo profético debe gastar los zapatos caminando por el centro educativo, de lo contrario deja de ser profeta.

Dios quiera que este escrito, que es un abre boca, sirva para la reflexión, el diálogo entre compañeros de trabajo y el alcance de nuevas metas.

Estaré atento a sus comentarios.

Viva Jesús en nuestros corazones… por siempre.

(1) MURAD Afonso; "Gestión y Espiritualidad. Una puerta entrabierta." Junio 2009, Ediciones Paulinas, Brasil.


10 de febrero de 2019

LA EXCUSA PERFECTA



La excusa perfecta

Si en estos momentos no posees la motivación necesaria para encontrarle sentido a lo que haces, te invito a leer la siguiente reflexión.

Comencemos por reconocer el rol que ejercemos dentro de la sociedad, mencionaré varios a ver con cuál de ellos te identificas: 


  • estudiante, 
  • educador, 
  • sacerdote, 
  • hijo, 
  • papá, 
  • hermano o hermana, 
  • policía, 
  • mamá, etc. 





Identifica tu rol y trata de definirlo, reconocer en él lo bueno y lo no tan bueno. 

¿Estás contento con el rol que ejerces?, ¿estás cansado de ejercer ese rol y desearías cambiarlo?, ¿por qué?

Todos somos diferentes, esa es una de las riquezas y razones por la cual la Biblia en el libro del Génesis nos define como “imagen y semejanza de Dios”. Ser su imagen y semejanza se refiere a la capacidad que poseemos de ser libres, de procrear y dar vida,  vivir en comunidad, amar y respetar la creación, y ser misericordiosos. Para nada hace referencia a un único pensamiento y menos a un parecido físico. A Dios no lo podemos encajonar en una sola definición, pretender encerrarlo o limitarlo a nuestra razón sería incorrecto; ¿cuántos seres humanos existen en la tierra? Para este año 2019 se calculan 7.669.109.078 personas con una tasa de crecimiento del 1,22%. Pensar que todos definimos a Dios de la misma manera sería un acto de total ingenuidad y atrevimiento.

Partiendo de estas premisas podremos preguntarnos ¿cuál es la excusa perfecta? Para poder responder a esta pregunta les invito a ver el siguiente vídeo.






¿Qué piensas luego de ver este vídeo?, ¿con cuál de los personajes te identificas?, ¿por qué?, si te pasara una situación como esa en la que eres testigo de un acoso, ¿qué harías?

Dos de cada tres estudiantes en los liceos sufre de acoso escolar, dicho por la UNICEF. Esta cifra es alarmante. Causas: aspecto físico, identidad sexual o bien origen étnico. Un cuarto de las víctimas expresan no saber a quién decírselo.

¿Eres consciente de que en estos momentos posees en tus manos el gran poder para tocar positivamente la vida de alguien? 

Posees la excusa perfecta para llegar a salvar una vida que no te está pidiendo de manera consciente que le salves, pero que sí sabría darte las gracias si tú tomas la iniciativa.

En las escuelas tenemos muchos casos parecidos al visto en el vídeo. Niños o jóvenes que actualmente atraviesan una situación de acoso ya sea provocado en su casa, en el barrio donde vive o bien en el colegio. Lo peor sería no  darnos cuenta y no direccionar correctamente las energías para hacerle frente a esta problemática.

Si eres docente de matemáticas, biología, deporte, inglés, etc. posees la excusa perfecta para salvar vidas, Dios te ha permitido entrar en contacto con cientos de personas todos los días para que tú te conviertas en su ministro, en el ángel custodio de todos aquellos que hoy en día sufren.

Si eres estudiante, hermano, primo, sobrino, deportista, etc. posees la excusa perfecta para abrir los ojos y ayudar a quien hoy en día sufre de acoso y acompañarlo en el camino de la liberación.

Y si ejerces algún rol como presidente, ministro, obispo, papá, mamá, rector, gerente, etc. mayor es la responsabilidad que posees al momento de entrar en contacto con las otras personas, tú eres el primero en la lista que debe estar atento, no dejarse distraer por las responsabilidades urgentes dejando de lado lo verdaderamente importante.

Todos tenemos la excusa perfecta para ser buenos, para encontrarle sentido a la vida y ayudar a otros a que se unan a esta celebración. Porque el verdadero sentido de la vida es ser felices y juntos conquistar nuevos horizontes rompiendo las fronteras.

¿Qué puedo hacer si estoy frente a un caso de acoso?

Dependiendo del caso lo primero que debemos hacer es conversar con la persona acosada, la víctima, para tener detalles de la gravedad del asunto. Luego que conozcamos lo que sucede debemos acudir a a las personas adecuadas para solicitar ayuda, por ejemplo psicólogo escolar, orientador, algún coordinador o profesor; ellos seguramente sabrán qué canales seguir y los procedimientos a aplicar. Lo importante es que la víctima se sienta acogida, protegida.

También es cierto que el victimario necesita mucha más ayuda que la víctima, ya que una persona que agrede a otras no lo hace porque esté bien, algo malo debe existir para que pierda la conciencia entre lo bueno y lo malo. El victimario debe ser atendido por especialistas que logren identificar lo que le está sucediendo y poder ayudarle a superar dicho comportamiento negativo.

Que cada día y cada proyecto que emprendamos esté direccionado en hacer el bien, en mostrar el rostro amoroso de Dios.

Los colegios son la excusa perfecta para ser mejores personas, para salvar vidas y construir un mejor país.

Con gusto recibo sus comentarios.
Viva Jesús en nuestros corazones… por siempre.

31 de enero de 2019

LA DIETA DEL PROFESOR


La dieta del profesor

Comencemos por definir el concepto “dieta”: 

“Una dieta es el conjunto de las sustancias alimenticias que componen el comportamiento nutricional de los seres vivos. El concepto proviene del griego díaita que significa “modo de vida”. La dieta, por lo tanto, resulta un hábito y constituye una forma de vivir. En ocasiones, el término suele ser utilizado para referirse a los regímenes especiales para bajar de peso o para combatir ciertas enfermedades, aunque estos casos representan modificaciones de la dieta y no la dieta en sí misma.”                                                                          
Pérez Porto Julián https://definicion.de/diesta/


Dejándonos iluminar por la definición que ofrece Julián Pérez tenemos argumentos de sobra para reflexionar la “díaita” de un profesor.

Lo correcto sería que un educador viva feliz y celosamente su vocación, que cada una de las experiencias que logra sumar le permitan tener salud espiritual, emocional, intelectual, económica, profesional, social, etc.

“Las sustancias alimenticias” que consume un educador deben llevarlo a tener calidad de vida; algunos alimentos que no debería descuidar:

  • La relación con sus estudiantes debe ser enriquecedora, cercana, respetuosa, fraterna. No tengamos miedo a perder la autoridad o el manejo de la disciplina porque dimos el paso hacia la humanidad, el acercamiento sin tarimas o escritorios que impidan construir una conexión entre la fe, ciencia, cultura y vida.
  • Consumir alimentos “teóricos” recién cocinados, frescos. Un docente que no está en constante actualización y lectura, corre el riesgo de irse alejando de sus estudiantes en el pensamiento, el discurso y el actuar, perdiendo espacios y oportunidades de inclusión y aceptación, ya que cada hora que pasa algo nuevo está llegando a la sociedad.
  • Todo profesor necesita alimentar su espíritu. Entrar en relación todos los días con un mínimo de 38 vidas diferentes, seres humanos llenos de historias, algunas de ellas bastante complejas, requiere de parte del educador una fortaleza espiritual que le permita asumir el rol del que escucha, comprende, analiza, aconseja y sostiene.
  • Tiempos de ocio y esparcimiento. Todo ser humano necesita tener espacios en los que realice actividades diferentes a las laborales y que le permitan despejar la mente y descansar el cuerpo. Eso es salud. 
  • Respetar los lugares y los horarios. El cuerpo sufre cuando hay desorden, entonces, tener rutinas es saludable cuando se construyen pensando en las consecuencias. El exceso de trabajo va generando desgaste y trastornos físicos y emocionales, todo esto se reflejará en el aula al momento de trabajar con los estudiantes.
  • La buena presentación personal. Además de ser un elemento educativo para los estudiantes, es un reflejo de la salud emocional del educador. Un profesor bien peinado, que porta ropa limpia, planchada, con buen olor, está reflejando un respeto por su persona y hacia el resto de la comunidad escolar. Fácilmente reconocemos que un educador no está bien cuando su manera de caminar, de vestirse y expresarse reflejan descuido o desmotivación.
  • Participar de aquellas actividades escolares que son diferentes a las que le corresponden por contrato de trabajo. Salir del escenario de seguridad, de las rutinas y darse la oportunidad de descubrirse en otros escenarios alimenta los compromisos, la identidad institucional, el reconocimiento como comunidad.
  • Valoración y orgullo por ser educador. Tener la oportunidad de tocar los corazones de otros seres humanos, salvar vidas y mostrar un camino para el éxito profesional y vocacional es un privilegio. Nosotros somos los primeros que tenemos que reconocer la importancia de este servicio para todas las sociedades. Un poquito de amor propio le da buen sabor a la vida. 


Retomando la definición del concepto dieta que colocamos al inicio de este escrito, es importante rescatar aquello que dice “para bajar de peso o para combatir ciertas enfermedades”. ¿Qué alimentos provocan en un docente sobrepeso?

  • Creer que es el único y el dueño del saber. Él evalúa y decide qué calificación colocar. Tiene poder.
  • Montarse en un pedestal, lejano, creyendo que está por encima.
  • Encerrarse en sus libros e investigaciones, ignorando los cambios y la velocidad de las comunicaciones.
  • Prácticas espirituales egoístas, solitarias, distantes, que no tienen que ver con un Dios que “huele a oveja”.
  • Una expresión corporal imponente, intimidante o descuidada, sin ánimo.
  • Falta de creatividad, innovación.

 
Recordemos que las enfermedades deben ser estudiadas a profundidad, no se debería dar un diagnóstico sin tener a mano los exámenes correspondientes. Detrás de cada profesional hay un pasado o incluso un presente que en la mayoría de los casos desconocemos, pudiendo ser el detonante de algún malestar que se refleja en la acción profesional.

Quisiera culminar este escrito compartiendo una experiencia vivida años atrás cuando estaba estudiando en la universidad, evitaré dar nombres de personas por respeto a cada una de ellas.

En un momento de la carrera nos comenzó a dar clases una profesora que por nuestra parte fue definida como “amargada, insoportable y de paso aburrida”. Con ella no se podía dialogar, atreverse a pensar diferente era un terrible riesgo, en sus evaluaciones estaba prohibido escribir otras palabras que no fueran las que ella dictó en clase. Si ella descubría cuál era el punto débil de un estudiante ahí se afincaría, sobre todo en los exámenes parciales. Consideraba a los estudiantes como inferiores, ignorantes, utilizando el término “bachilleres” como algo despectivo.

Evidentemente esta profesora no estaba bien, alguna “enfermedad” padecía. El grupo de estudiantes sentíamos miedo, rabia, malestar, nadie quería asistir a esa clase. Un día le expresé a mis compañeros que esa señora no estaba bien, que algo le había marcado negativamente su vida por lo cual actuaba de esa manera. Comenzamos a investigar ya que estábamos de acuerdo en que eso no era normal. 

Logramos identificar cuál era el problema de amargura y sufrimiento de la profesora, un problema familiar terrible que aún estaba a flor de piel, su esposo se había quitado la vida en su residencia, dejando dos niñas pequeñas como testigos de ese acontecimiento tan desgarrador. 

Asumir el futuro inmediato con ese morral tan pesado no es fácil, ir a dar clases con el corazón destrozado y la cabeza llena de preguntas y temores es muy complicado. No pretendo justificar, solamente trato de ser humano, coherente con mis creencias y opciones de vida.

El grupo de estudiantes comenzó a mirar a la profesora con otros ojos y seguidamente a implementar ciertas estrategias que abrieran nuevas puertas, apostando por el diálogo, las risas, el compartir, la calidad educativa y sobre todo el afecto. Al culminar la carrera decidimos tomarnos una foto junto a esa profesora la cual guardamos con cariño.

Queridos profesores Dios nos ha escogido para ser ángeles custodios, ministros de Jesucristo, tarea nada fácil pero hermosa y gratificante. Hagamos una buena dieta, por nuestra salud y la de cada uno de nuestros estudiantes.

Quedo atento a sus inquietudes y comentarios.

Viva Jesús en nuestros corazones… por siempre.