10 de febrero de 2019

LA EXCUSA PERFECTA



La excusa perfecta

Si en estos momentos no posees la motivación necesaria para encontrarle sentido a lo que haces, te invito a leer la siguiente reflexión.

Comencemos por reconocer el rol que ejercemos dentro de la sociedad, mencionaré varios a ver con cuál de ellos te identificas: 


  • estudiante, 
  • educador, 
  • sacerdote, 
  • hijo, 
  • papá, 
  • hermano o hermana, 
  • policía, 
  • mamá, etc. 





Identifica tu rol y trata de definirlo, reconocer en él lo bueno y lo no tan bueno. 

¿Estás contento con el rol que ejerces?, ¿estás cansado de ejercer ese rol y desearías cambiarlo?, ¿por qué?

Todos somos diferentes, esa es una de las riquezas y razones por la cual la Biblia en el libro del Génesis nos define como “imagen y semejanza de Dios”. Ser su imagen y semejanza se refiere a la capacidad que poseemos de ser libres, de procrear y dar vida,  vivir en comunidad, amar y respetar la creación, y ser misericordiosos. Para nada hace referencia a un único pensamiento y menos a un parecido físico. A Dios no lo podemos encajonar en una sola definición, pretender encerrarlo o limitarlo a nuestra razón sería incorrecto; ¿cuántos seres humanos existen en la tierra? Para este año 2019 se calculan 7.669.109.078 personas con una tasa de crecimiento del 1,22%. Pensar que todos definimos a Dios de la misma manera sería un acto de total ingenuidad y atrevimiento.

Partiendo de estas premisas podremos preguntarnos ¿cuál es la excusa perfecta? Para poder responder a esta pregunta les invito a ver el siguiente vídeo.






¿Qué piensas luego de ver este vídeo?, ¿con cuál de los personajes te identificas?, ¿por qué?, si te pasara una situación como esa en la que eres testigo de un acoso, ¿qué harías?

Dos de cada tres estudiantes en los liceos sufre de acoso escolar, dicho por la UNICEF. Esta cifra es alarmante. Causas: aspecto físico, identidad sexual o bien origen étnico. Un cuarto de las víctimas expresan no saber a quién decírselo.

¿Eres consciente de que en estos momentos posees en tus manos el gran poder para tocar positivamente la vida de alguien? 

Posees la excusa perfecta para llegar a salvar una vida que no te está pidiendo de manera consciente que le salves, pero que sí sabría darte las gracias si tú tomas la iniciativa.

En las escuelas tenemos muchos casos parecidos al visto en el vídeo. Niños o jóvenes que actualmente atraviesan una situación de acoso ya sea provocado en su casa, en el barrio donde vive o bien en el colegio. Lo peor sería no  darnos cuenta y no direccionar correctamente las energías para hacerle frente a esta problemática.

Si eres docente de matemáticas, biología, deporte, inglés, etc. posees la excusa perfecta para salvar vidas, Dios te ha permitido entrar en contacto con cientos de personas todos los días para que tú te conviertas en su ministro, en el ángel custodio de todos aquellos que hoy en día sufren.

Si eres estudiante, hermano, primo, sobrino, deportista, etc. posees la excusa perfecta para abrir los ojos y ayudar a quien hoy en día sufre de acoso y acompañarlo en el camino de la liberación.

Y si ejerces algún rol como presidente, ministro, obispo, papá, mamá, rector, gerente, etc. mayor es la responsabilidad que posees al momento de entrar en contacto con las otras personas, tú eres el primero en la lista que debe estar atento, no dejarse distraer por las responsabilidades urgentes dejando de lado lo verdaderamente importante.

Todos tenemos la excusa perfecta para ser buenos, para encontrarle sentido a la vida y ayudar a otros a que se unan a esta celebración. Porque el verdadero sentido de la vida es ser felices y juntos conquistar nuevos horizontes rompiendo las fronteras.

¿Qué puedo hacer si estoy frente a un caso de acoso?

Dependiendo del caso lo primero que debemos hacer es conversar con la persona acosada, la víctima, para tener detalles de la gravedad del asunto. Luego que conozcamos lo que sucede debemos acudir a a las personas adecuadas para solicitar ayuda, por ejemplo psicólogo escolar, orientador, algún coordinador o profesor; ellos seguramente sabrán qué canales seguir y los procedimientos a aplicar. Lo importante es que la víctima se sienta acogida, protegida.

También es cierto que el victimario necesita mucha más ayuda que la víctima, ya que una persona que agrede a otras no lo hace porque esté bien, algo malo debe existir para que pierda la conciencia entre lo bueno y lo malo. El victimario debe ser atendido por especialistas que logren identificar lo que le está sucediendo y poder ayudarle a superar dicho comportamiento negativo.

Que cada día y cada proyecto que emprendamos esté direccionado en hacer el bien, en mostrar el rostro amoroso de Dios.

Los colegios son la excusa perfecta para ser mejores personas, para salvar vidas y construir un mejor país.

Con gusto recibo sus comentarios.
Viva Jesús en nuestros corazones… por siempre.

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