La excusa perfecta
Si en estos momentos no posees la
motivación necesaria para encontrarle sentido a lo que haces, te invito a leer
la siguiente reflexión.
Comencemos por reconocer el rol
que ejercemos dentro de la sociedad, mencionaré varios a ver con cuál de ellos te
identificas:
Identifica tu rol y trata de definirlo, reconocer en él lo
bueno y lo no tan bueno.
¿Estás contento con el rol que ejerces?, ¿estás
cansado de ejercer ese rol y desearías cambiarlo?, ¿por qué?
Todos somos diferentes, esa es
una de las riquezas y razones por la cual la Biblia en el libro del Génesis nos
define como “imagen y semejanza de Dios”. Ser su imagen y semejanza se refiere
a la capacidad que poseemos de ser libres, de procrear y dar vida, vivir en
comunidad, amar y respetar la creación, y ser misericordiosos. Para nada
hace referencia a un único pensamiento y menos a un parecido físico. A Dios no
lo podemos encajonar en una sola definición, pretender encerrarlo o limitarlo a
nuestra razón sería incorrecto; ¿cuántos seres humanos existen en la tierra?
Para este año 2019 se calculan 7.669.109.078 personas con una tasa de
crecimiento del 1,22%. Pensar que todos definimos a Dios de la misma manera
sería un acto de total ingenuidad y atrevimiento.
Partiendo de estas premisas
podremos preguntarnos ¿cuál es la excusa perfecta? Para poder responder a esta pregunta les invito
a ver el siguiente vídeo.
¿Qué piensas luego de ver este
vídeo?, ¿con cuál de los personajes te identificas?, ¿por qué?, si te pasara
una situación como esa en la que eres testigo de un acoso, ¿qué harías?
Dos de cada tres estudiantes en los liceos sufre de acoso escolar, dicho por la UNICEF. Esta cifra es alarmante. Causas: aspecto físico, identidad sexual o bien origen étnico. Un cuarto de las víctimas expresan no saber a quién decírselo.
¿Eres consciente de que en estos
momentos posees en tus manos el gran poder para tocar positivamente la vida de
alguien?
Posees la excusa perfecta para llegar a salvar una vida que no te está
pidiendo de manera consciente que le salves, pero que sí sabría darte las
gracias si tú tomas la iniciativa.
En las escuelas tenemos muchos
casos parecidos al visto en el vídeo. Niños o jóvenes que actualmente
atraviesan una situación de acoso ya sea provocado en su casa, en el barrio
donde vive o bien en el colegio. Lo peor sería no darnos cuenta y
no direccionar correctamente las energías para hacerle frente a esta problemática.
Si eres docente de matemáticas,
biología, deporte, inglés, etc. posees la excusa perfecta para salvar vidas,
Dios te ha permitido entrar en contacto con cientos de personas todos los días
para que tú te conviertas en su ministro, en el ángel custodio de todos
aquellos que hoy en día sufren.
Si eres estudiante, hermano,
primo, sobrino, deportista, etc. posees la excusa perfecta para abrir los ojos
y ayudar a quien hoy en día sufre de acoso y acompañarlo en el camino de la
liberación.
Y si ejerces algún rol como presidente, ministro, obispo, papá, mamá, rector, gerente, etc. mayor es la
responsabilidad que posees al momento de entrar en contacto con las otras
personas, tú eres el primero en la lista que debe estar atento, no dejarse distraer por las responsabilidades urgentes dejando de lado lo verdaderamente
importante.
Todos tenemos la excusa perfecta
para ser buenos, para encontrarle sentido a la vida y ayudar a otros a que se
unan a esta celebración. Porque el verdadero sentido de la vida es ser felices y juntos conquistar nuevos horizontes
rompiendo las fronteras.
¿Qué puedo hacer si estoy frente a
un caso de acoso?
Dependiendo del caso lo primero
que debemos hacer es conversar con la persona acosada, la víctima, para tener
detalles de la gravedad del asunto. Luego que conozcamos lo que sucede debemos acudir a a las personas adecuadas para solicitar ayuda, por ejemplo psicólogo
escolar, orientador, algún coordinador o profesor; ellos seguramente sabrán qué
canales seguir y los procedimientos a aplicar. Lo importante es que la víctima
se sienta acogida, protegida.
También es cierto que el
victimario necesita mucha más ayuda que la víctima, ya que una persona que
agrede a otras no lo hace porque esté bien, algo malo debe existir para que
pierda la conciencia entre lo bueno y lo malo. El victimario debe ser atendido
por especialistas que logren identificar lo que le está sucediendo y poder
ayudarle a superar dicho comportamiento negativo.
Que cada día y cada proyecto que
emprendamos esté direccionado en hacer el bien, en mostrar el rostro amoroso de
Dios.
Los colegios son la excusa
perfecta para ser mejores personas, para salvar vidas y construir un mejor
país.
Con gusto recibo sus comentarios.
Viva Jesús en nuestros corazones…
por siempre.
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