25 de noviembre de 2018

¿POR QUÉ MI PROFESOR ES TAN AMARGADO?


¿Por qué mi profesor es tan amargado?

Lamentablemente esta afirmación la escuchamos todos los años escolares y es expresada por algunos de nuestros estudiantes, y si nos ponemos en los zapatos de los niños o adolescentes, no podríamos quitarle su grado de verdad. El colegio es un espacio de salvación, es el lugar privilegiado en donde todos los autores que ahí hacen vida, encuentren la oportunidad para ser felices.

Algunos educadores no han logrado descubrir que el centro educativo donde trabajan puede convertirse en una gran oportunidad para salvarse de todo aquello que les abruma, o les roba la paz y la tranquilidad. Cuando el profesor es capaz de reconocer en cada grupo de estudiantes elementos de su propia historia, podrá mirarlos con otros ojos, siendo capaz, según afirma San Juan Bautista De La Salle, de tratarlos con la exigencia de un padre pero con la ternura de una madre, reconociendo el sano equilibrio entre exigencia y comprensión.

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Si el educador ve en sus estudiantes una amenaza al dominio de la disciplina, a la impenetrable barrera de la autoridad, a su inalcanzable nivel de sabiduría, entonces será imposible que borre de su rostro esa cara de amargura que rápidamente perciben los niños y los jóvenes.

Compartiré una experiencia que viví si mal no recuerdo, durante el año 2001, cuando era docente de 8vo grado, lo que es igual, 2do año de bachillerato. Estábamos en el tiempo de uno de los recesos de la mañana y yo estaba enfrentando una situación incómoda, muy molesta, en realidad no recuerdo en detalles qué era, lo cierto es que terminó el receso y me correspondía ir a dar clases, evidentemente iba cargado de malestar; al llegar a la puerta del salón, un estudiante llamado César Barrios observa que estoy molesto, me da la mano y me pregunta si estoy bravo, a lo que le respondí que sí, inmediatamente con su espontaneidad adolescente y llena de buenas intenciones me dice que si estoy molesto no tengo permiso para entrar al salón de clases, que me tocaría quedarme afuera hasta que se me pasara el mal humor. ¿Cuál creen ustedes que fue mi reacción? Me dio mucha risa, le di un abrazo a César y me dispuse a disfrutar la clase. Ellos no tenían la culpa de mi enojo, de los problemas que me tocaban enfrentar y por ende merecían de mí lo mejor.

Ojalá existieran muchos César que se atrevan a detectar el estado de ánimo de los profesores y tuvieran la valentía de ayudarlos a reflexionar, a sonreír, a descubrir que es Dios quien les ha puesto en el mismo camino para alcanzar la felicidad. Hoy en día César es odontólogo, es mi ahijado de confirmación y me llena de inmensa alegría ver cómo ha madurado y crecido, doy gracias a Dios por ponerlo en mi camino.

Resultado de imagen para felicidadQuiero invitar a cada uno de los jóvenes que estén leyendo este escrito a que se atrevan, que no tengan miedo de tocar el corazón de aquellos profesores “amargados”, seguramente ese profesor está deseando que alguien, sin importar su edad, le recuerde que en la escuela todos tienen una nueva oportunidad para aprender, para ser felices y llegar juntos al conocimiento de la verdad.

Ahora me dirijo a los profesores. Hagan el esfuerzo de dejar por un instante fuera del aula todos aquellos problemas que les agobian, que les impiden sonreír, hablar de la vida, de su vida con los jóvenes, mostrarles el lado humano; estén seguros de que van a descubrir mientras recorren ese camino, cuál es la verdadera autoridad, aquella que se gana no por imposición sino por amor, por reconocimiento y valor, el resto vendrá por añadidura. El profesor ama y respeta a sus estudiantes y ellos amarán y respetarán a su maestro.

No hay profesores amargados sino hombres y mujeres atravesando situaciones difíciles y no han encontrado la oportunidad de ser comprendidos y amados.

Espero sus comentarios.
Viva Jesús en nuestros corazones… por siempre.

18 de noviembre de 2018

PARTE III HOY EN DÍA ME PIDEN SER GERENTE


PARTE III
Hoy en día me piden ser gerente

Continuando con la reflexión que hemos ido construyendo desde la primera parte de este tema, hoy queremos dar algunas ideas sobre los indicadores que debe poseer una empresa que desea caminar en la dirección correcta.

El ejercicio se podría realizar de manera individual y luego socializar lo escrito para reconocer los puntos de convergencia y los de divergencia.

Siguiendo la propuesta que nos hace Murad en su libro “Gestión y espiritualidad” vamos a abordar unos mega – indicadores y respetar el esquema presentado por el autor e intentar adaptarlo a diferentes realidades.

Modelo de gestión y calidad de las relaciones:
Resultado de imagen para relaciones humanasEs indispensable dedicarle tiempo a este primer indicador, estamos hablando nada más y nada menos que de un modelo de gestión que considera la calidad humana, las relaciones, el tú, el yo y el nosotros, todos somos importantes dentro de la organización y es por ello que investigamos con total seriedad cuál es el modelo que deseamos implementar y que nos permita humanizar el escenario de convivencia y servicio.

Por ejemplo Mintzberg (1) presenta siete modelos básicos de configuraciones institucionales: 
  •     Organización emprendedora
  •    Organización mecánica
  •    Organización profesional
  •   Organización diversificada
  •   Organización innovadora
  •    Organización misionera
  •    Organización política


Cada organización debe responder al contexto en el que se encuentra inserta, eso es el deber ser, asumiendo el reto de innovar sin olvidar el alcance de la misión por la cual fue creada.

Otro autor, Kofman presenta dos grandes modelos mentales que están subyacentes en las diferentes estructuras de gestión; personalmente me impresionó leerlo y rápidamente identificar algunas instituciones que se manejan con alguno de estos dos.
  •     Modelo de control unilateral:

La concentración del poder está en la persona del gerente.
El gerente es incapaz de reconocer el límite de sus esquemas mentales.
El gerente señala e impone castigo a sus colaboradores.
El gerente oculta sus propios errores.
El gerente bloquea a quienes se le oponen.

  •     Modelo de aprendizaje mutuo:

El gerente acepta que su punto de vista es parcial, no tiene el monopolio de la verdad.
El pensamiento de los otros tiene una lógica intrínseca.
Las restricciones pueden convertirse en incentivos.
Los errores son oportunidades de aprendizaje.

Este segundo modelo que nos presenta Kofman nos aporta muchas ideas para construir estrategias que permitan fortalecer la calidad de las relaciones y juntos alcanzar las metas deseadas, se logra sumar esfuerzos, identificar destrezas y rectificar en los momentos que sea necesario.

Política de valorización de los colaboradores:
“Lo mínimo que puede hacer una organización es ofrecer a sus colaboradores y gerentes oportunidades de invertir en la calidad de vida, así como también graduar el nivel de exigencia, hasta el límite que respete su vida personal, afectiva y familiar.” (2)

Este indicador no está aislado del anterior, van de la mano. Desde el momento en que se selecciona a un trabajador, se debe conversar con él con total seriedad, hablarle del por qué se le ha seleccionado, qué ha descubierto la institución en él por lo que desea que sea parte del equipo.

Resultado de imagen para valoraciónReconocer el valor de cada colaborador le aporta un plus al sentimiento de pertenencia, logrando de esta manera tocar la vida y sentimientos de cada uno hasta sentirse parte valiosa para el alcance de las metas logradas.

Todos los integrantes del equipo de trabajo merecen ser bien acompañados, disfrutar de diferentes momentos de evaluación, teniendo la oportunidad para mejorar y seguir creciendo. Las estrategias son diversas, desde una autoevaluación hasta una coevaluación.

“Una institución que aprende realiza la evaluación del desempeño de sus gerentes y colaboradores una vez al año y hace de ese momento una gran oportunidad de crecimiento.”(2)

Postura con el cliente y el proveedor:
Ser honestos con el cliente, con aquellas personas que vienen a nosotros en búsqueda de un servicio.

Es necesario conocer al cliente y sus necesidades, de lo contrario estaremos cometiendo el terrible error de ofrecer un servicio desde nuestro pensar y sentir y no desde la realidad que viene a nosotros.

En relación a los proveedores que seleccionamos para crear alianzas, no olvidemos que debe existir una coherencia entre los objetivos que persigue el proveedor y los nuestros, la coherencia nos dará credibilidad y coherencia.

Compromiso con la sustentabilidad:
“Sustentabilidad se refiere, además, al equilibrio entre las dimensiones ambiental, económica y social en los emprendimientos humanos.” (2)

“Lester Brown en la década de 1980 explica lo siguiente: una comunidad sostenible es aquella capaz de satisfacer sus propias necesidades sin menoscabar las oportunidades de las generaciones futuras.” (2)

Y es que ese debe ser uno de los indicadores a considerar en todas las instituciones, si el servicio o el trabajo que se ejerce, está considerando la calidad de vida y las oportunidades de todas las generaciones futuras: humanas, animales, plantas y microorganismos.

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¿Trabajamos en función de la reducción del gasto de energía?, ¿ahorramos el uso de materiales como por ejemplo el papel, el tóner de impresión?, ¿intensificamos las campañas de reciclaje?, ¿aumentamos la vida útil de algunos productos?

En modo de conclusión…
Seguramente las responsabilidades que hoy en día estamos ejerciendo no se parecen del todo a la carrera universitaria que un día decidimos estudiar, lo cierto es que hemos ido madurando y creciendo profesionalmente a tal nivel que otras personas han visto en nosotros el perfil correspondiente para asumir los nuevos retos y si nosotros aceptamos es porque creemos en nuestras capacidades, siempre con la intención de hacerlo lo mejor posible con un corazón humilde y dispuesto a amar.

Si asumimos la gerencia de la mano de la espiritualidad el camino será menos engorroso, ya que la espiritualidad le da sabor y calidad a la gestión, ayuda a responder ¿hacia dónde vamos, en qué valores nos apoyamos, qué legado dejamos a las generaciones futuras?

Viva Jesús en nuestros corazones… por siempre.

Quedo atento a sus comentarios.

(1) Mintzberg, H. (1995) El proceso de la estrategia, Sao Paulo, Bookman.
(2) Murad A. (2015) La Gestión y la espiritualidad, Buenos Aires, Gram.

11 de noviembre de 2018

PARTE II HOY EN DÍA ME PIDEN SER GERENTE


PARTE II
Hoy en día me piden ser gerente


Continuando con el escrito de la semana pasada y profundizando un poco más en la exigente tarea de ser gerente vamos a reflexionar sobre una de las principales columnas que permitirá la estabilidad institucional, nosotros la llamamos “espiritualidad”. 

Lo primero que deseo aclarar es que esto no tiene nada que ver con iglesias, ritos, sacramentos, mandamientos, o curas y monjas. Es importante que superemos ciertos prejuicios que impidan abrir la mente y el corazón a otras teorías y prácticas que enriquecen la vida y nos permiten vivir felices.

¿Qué es la espiritualidad?

“Espiritualidad es una palabra que deriva del griego y que está compuesta por la voz spiritus que significa 'respiro', -alis, que se refiere a 'lo relativo a', y el sufijo -dad, que indica cualidad, por lo tanto, etimológicamente, espiritualidad es todo lo relativo a la cualidad de lo espiritual o espíritu.” (1)

“La espiritualidad es un valor positivo y superior, ya que es una cualidad que determina, en la mayoría de los casos, un comportamiento coherente con los valores morales y éticos que ayudan al desarrollo individual.” (1)

Rescatando lo expuesto anteriormente, quisiéramos darle fuerza a la voz del espíritu, entidad no corpórea que actúa en nosotros y nos permite tomar decisiones desde un proceso correcto de discernimiento considerando todas las potencialidades no tangibles que poseemos, ejemplo el liderazgo, la escucha, la sensibilidad, el discernimiento, la eficacia, la sinceridad, el compromiso, la pasión, el don de palabra, etc.

La línea que separa espiritualidad y gestión no debería existir. Estamos invitados a hacer ese ejercicio de no separar ambas columnas tan necesarias para el éxito gerencial. Imaginemos un líder organizacional que esté consciente de la acción del Espíritu en su vida y eso lo aplique día a día en su toma de decisiones y acciones de liderazgo. Excelente.

Lo cierto es que cuando investigamos sobre espiritualidad y su comprensión desde las diferentes religiones nos encontramos con algunos elementos comunes, por ejemplo: se asume una postura de vida de ser una persona de bien en todas sus dimensiones, promover la cultura de la paz, desarrollando la tolerancia y el respeto a las diversidades, asumir un estilo de vida saludable entre otras.

Y todo esto ¿cómo se aplica a una institución? Murad Afonso nos lo aclara de la siguiente manera:

“En la óptica de una institución, la espiritualidad es el conjunto de valores que sustentan su misión y su negocio, inspirados en la persona de Jesucristo y en la causa del Reino de Dios.” (2)

Toda institución tiene unos objetivos planteados, estos solamente se alcanzarían construyendo un buen plan de acción con unas estrategias acordes al escenario presente y al futuro deseado, todo esto transversalizado por unos valores que en este caso se identifican con la persona de Jesucristo.
Toda esta teoría se comprende mejor a través de una historia que nos cuenta Marcelo Barros atribuida a Kierkegaard.

Resultado de imagen para mandarín“Cierta vez, un europeo que viajaba por el Oriente conoció a una hermosa mujer china en una estación de tren. Quedó encantado por ella, amor a primera vista, pero tenía dificultades para comunicarse porque no conocía su idioma. Cuando regresó a su país de origen, comenzó a estudiar chino con mucho interés, para así poder comunicarse con su amada. Y así lo hizo. Ambos se escribían cartas y alimentaban el amor del uno hacia el otro a través de ellas. Mientras tanto, él se sumergió en el estudio del idioma y la cultura china en un esfuerzo gigantesco, hasta el punto de convertirse en un especialista en el tema. Entonces, pasó a ser solicitado en muchos lugares, para eventos, dar cursos y conferencias. No tenía más tiempo para escribirle a su amada y ella ya no sabía a dónde enviarle sus cartas, porque él estaba constantemente de viaje. El hombre se volvió una figura importante. Pero el costo fue muy alto: olvidó a la mujer que lo motivó a aprender chino.” (3)

Les invito a hacer un breve espacio de silencio y meditar esta historia.

¿Será que nos está pasando algo parecido? Comenzamos enamorados, impactados por la belleza, por la esencia y sin darnos cuenta fuimos poco a poco desviando la atención, dejamos de mirar y consentir ese primer amor ya que nos volcamos a dar atención a lo nuevo, a los retos y exigencias del trabajo, el estrés, pasamos de ser contemplativos a ser activistas. Un desequilibrio. Y el costo fue muy alto.

Ser gerentes sin espiritualidad nos llevará a pagar ese costo tan alto. La espiritualidad no se ve pero es la que garantiza la vida y la fecundidad.

“La espiritualidad se convertirá en algo importante en la medida que las personas y las instituciones superen la cultura de la apariencia y la exterioridad.” (2)

Si la espiritualidad es tan importante para la vida de las personas y las organizaciones, ¿por qué en realidad, ocupa un lugar tan pequeño? ¿Por qué los mismos gerentes a medida que penetran en el mundo de la administración y los negocios, en las grandes instituciones, se vuelven, a menudo, más autosuficientes y menos espiritualizados?

Es importante que estemos atentos a que las cosas urgentes no sometan a lo importante, que las estrategias de eficacia no se sobrepongan a los valores, cuidado en aquellas instituciones que están aplicando modelos de excelencia y calidad poco o nada humanizados.

Como estamos conscientes de las muchas dificultades que se viven al interior de algunas instituciones, sobre todo cuando se pierde el primer amor, citamos a Murad Afonso que nos orienta con tres sugerencias para el cultivo de la espiritualidad:

Nutrir la interioridad:

“Orar es hablar con la parte más profunda de nuestro ser. Meditar es escuchar su respuesta.” 
Jean Lévesque

Los gerentes poco a poco se van dejando envolver de un activismo que no respeta tiempos ni escenarios, esto es peligroso. “El cultivo cotidiano de la espiritualidad ayuda al gerente a romper con ese círculo vicioso porque se mantiene enraizado en Dios y conectado consigo mismo.” (2)

“Estar con la conciencia alerta sobre sí mismo y regresar, constantemente a la fuente de la vida.” (2)

Esto no es fácil, no es algo que se logra de un día para otro, requiere de práctica, de disciplina y sobre de todo de un estado de consciencia que forma parte de la lista de acciones importantes.

Es importante aprender a orar sobre la práctica de la gestión.

“Vivir la espiritualidad en la gestión exige hacer silencio y retirarse en los momentos más exigentes.” (2)

Invertir en la calidad de vida:

Es lamentable pero en ocasiones los gerentes tienden a internalizar de tal manera el papel que desempeñan que las otras dimensiones de su persona van disminuyendo o no se desarrollan satisfactoriamente. Comienzan los conflictos comunicacionales, los espacios de soledad como estrategia de escape, la toma de decisiones no consensuadas, o la imposición de autoridad.

Hay que tomar ciertas posturas de vida fundamentales que le permitan a la persona crecer en su felicidad y esto será reflejado en su liderazgo, ejemplo: caminar con calma, observar, contemplar, escuchar a los otros, estar cerca, dialogar, evaluar y celebrar. Todas estas son acciones que asegurarán una calidad de vida tan deseada por muchos gerentes.

Aprender de las noches, desiertos y tempestades:

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Solamente un discernimiento con mucha sabiduría, guiará a las personas hacia la alternativa más acertada. Nadie está seguro que la decisión tomada es la mejor, pero existen elementos de iluminación que le guiarán cada paso que pueda ir dando.

Lo cierto es que cada noche en su oscuridad, cada desierto en su soledad y cada tempestad en su angustia permitirán al gerente fortalecerse si ha sabido transitar cada uno de estos escenarios con la mayor humildad y coraje posible para pasar al otro lado con el equipaje de las experiencias realizadas.

“No siempre la espiritualidad es brisa, a veces es tempestad.” (2)

Como en los escritos anteriores, quiero recordar que son la introducción de unos espacios de encuentro, reflexión o talleres que permiten profundizar y construir nuevas redacciones.

Espero sus comentarios.

Viva Jesús en nuestros corazones… por siempre.

(1) https://www.significados.com/espiritualidad/
(2) Murad A. (2015) La Gestión y la espiritualidad, Buenos Aires, Gram.
(3) Barros M. (2000) En busca del encanto perdido: la espiritualidad cristiana en este cambio de milenio, Sao Paulo, Paulinas.

4 de noviembre de 2018

HOY EN DÍA ME PIDEN SER GERENTE


Hoy en día me piden ser gerente

Una invitación

“Estudié para ser docente y hoy en día me piden que sea gerente”, esta afirmación la he escuchado tantas veces expresada por directivos de obras educativas que en realidad no dejan de tener razón.

Las universidades que tienen escuelas o facultad de educación forman a los estudiantes para una especialidad en particular, considerando las ciencias pedagógicas, nos preparan para ser buenos educadores, para lograr transmitir el mayor número de conocimientos posibles de la mejor manera y que sean útiles para la vida.

Hasta ahí seguramente estamos de acuerdo, no todas las universidades son iguales pero partimos de la buena voluntad que poseen en cumplir lo antes expuesto.

Cuando te pidieron que asumieras la rectoría o dirección del colegio ¿te mencionaron que enfrentarías una serie de conflictos? Por ejemplo:

  • Docentes no identificados con el carisma.
  • Estudiantes atravesando crisis familiares.
  • Padres y madres de familia que no colaboran.
  • Compañeros de trabajo que no están satisfechos con su trabajo y reconocimiento.
  • Escasez de recursos económicos.
  • Conflictos en la localidad que afectan al colegio.
  • Violación a los derechos de los estudiantes.
  • Integrantes del equipo directivo que no poseen el perfil para el cargo que ejercen.

No te desanimes. Si decidiste asumir la rectoría o dirección del colegio es porque consideras y reconoces que estás capacitado, que posees un espíritu lleno de buenas intenciones y deseos de formarte para agarrar con las dos manos el timón del barco que se te ha confiado para llevarlo al mejor puerto.


Queremos instituciones educativas que defiendan los derechos humanos, que proclamen y vivan el mensaje del Evangelio, que reconozcan en cada persona su lado bueno, su buen corazón, instituciones que sean sensibles al dolor, muy humanas.  Podríamos preguntarnos ¿es posible lograr todo eso a la par de tener una excelente gestión?, ¿se pueden dar la mano “gestión y espiritualidad”?

Se requiere formación
Lo primero que tenemos que aclarar es que ningún colegio alcanzará tener una excelente gestión con personas de buen corazón y poca formación. Para asumir la responsabilidad de director o rector, es necesario contar con el perfil requerido y no me estoy refiriendo solamente a títulos y cursos, estoy considerando lo académico y las capacidades. Hemos conocido de casos de personas que tienen el más alto nivel de formación académica y resultan ser un desastre como gerentes, y también lo contrario, personas con menos formación académica que el anterior y resultan ser excelentes directores.

“Drucker es enfático al afirmar que no se administran solo negocios. En realidad, toda organización que desee llevar a cabo su misión necesita estar provista de instrumentos gerenciales.” (1)

A algunos educadores y en especial los que se dedican a las escuelas católicas les cuesta reconocer que el centro educativo al que pertenecen debe ser gerenciado, contar con instrumentos gerenciales. Afirmar esto no estaría desconociendo el deber ser de la institución.

“En toda institución, la primera tarea de la gestión es capacitar y movilizar a las personas para actuar conjuntamente, a fin de ampliar sus fuerzas y reducir sus debilidades. El arte de la gestión consiste, exactamente, en formar un equipo cohesionado, que trabaje en sintonía. Al sumar las habilidades y los conocimientos, se multiplicarán los resultados positivos” (1)

Este es uno de los instrumentos que debemos asegurar. Qué difícil es trabajar con un grupo en donde sus integrantes poseen muy buena formación y experiencia pero se carece de trabajo en equipo, de respeto, sinceridad y diálogo transparente. Cuando no existe el equilibrio entre formación y actitud le estamos haciendo daño a toda la comunidad escolar, y lo más doloroso es que pagan las consecuencias los menores de edad. La organización no es un elemento absoluto, sino un instrumento para lograr que las personas sean productivas en el trabajo en equipo.

Estamos totalmente de acuerdo con esta afirmación, creemos que ese es uno de los caminos a considerar en nuestra acción gerencial, pero, ¿qué sucede que dedicamos tan poco tiempo a ello? Del total de las horas que dedicamos a nuestro trabajo, ¿cuántas de ellas se invierten en capacitación y movilización para la ampliación de las fuerzas?

Ejemplo:
El trabajo comienza a las 7:00 am y culmina a las 3:30 pm – considerando 30 minutos de descanso para el tiempo de almuerzo.
Esto nos da un total de 8 horas diarias de trabajo, multiplicado por 5 días da un total de 40 horas semanales y esto multiplicado por 4 semanas nos da un total de 160 horas al mes.

Atención, seguramente son muchas horas las que trabajan al mes. ¿De las 160 horas mensuales, cuántas dedicamos a la capacitación y movilización de las personas para actuar conjuntamente, a fin de ampliar sus fuerzas y reducir sus debilidades?


Innovación y comunicación

Las instituciones muy antiguas pueden correr el riesgo de quedarse ancladas en el pasado, en la implementación de estrategias del ayer que no responden a las urgencias y cambios del hoy. Y si deseamos implementar cambios es importante involucrar al mayor número de personas necesarias, dependiendo de los cambios deseados y las áreas a atender. La comunicación es pieza fundamental en estos procesos.

“Las personas necesitan saber con quién trabajan, los valores y las reglas de la organización; saber dónde están y lo que pueden esperar. No pueden actuar satisfactoriamente si el ambiente es imprevisible, incomprensible y desconocido.” (1)

“Un emprendedor que no aprende a gerenciar no durará mucho, al igual que una gerencia que no aprende a innovar.” (1)

La gestión existe para ayudar a cumplir la misión de la institución, es decir, el servicio a los estudiantes, el desarrollo local, la resolución de conflictos, la formación de líderes, la comunión entre la escuela y las familias, etc. Todo esto es parte fundamental de la misión educativa, para ello los directivos deben estar en una constante reflexión sobre su desempeño, sus clientes, sus competidores y el beneficio real que aporta a la sociedad. Se debe contar con una estrategia que capacite a la organización para que alcance los resultados deseados en un ambiente imprevisible, ya que de esa manera será intencionalmente oportuna.

La adquisición y utilización de nuevos conocimientos, para actualizar la misión, dependerá de una mirada más allá de sus muros, de la capacidad de observación y de análisis de lo que sucede a su alrededor, ampliando la perspectiva del gerente, sabiendo comparar, reconocer fortalezas y debilidades, asegurando las estrategias a implementar.

Tenemos que desarrollar una visión estratégica, comprendiendo las oportunidades y amenazas y construir soluciones.

Aún nos falta mucho por reflexionar

Este escrito es la introducción de un taller, de un espacio de formación y reflexión para todos aquellos que les ha tocado asumir el rol de gerentes.


Esta reflexión continuará, ya que son muchos los elementos a considerar, uno de ellos es la relación existente entre gestión y espiritualidad, dos columnas que deben existir en toda institución que desee educar desde los Evangelios.

Viva Jesús en nuestros corazones… por siempre.

(1) Murad A. (2015) La Gestión y la espiritualidad, Buenos Aires, Gram.