25 de noviembre de 2022

UNA TAREA PENDIENTE: LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL - II Parte

“Demasiados niños y jóvenes, tanto pobres como ricos, en todos los rincones del mundo, están experimentando enfermedades mentales”, explica Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF. “Esta crisis inminente no entiende de fronteras ni de límites. La mitad de los trastornos mentales empieza antes de los 14 años, así que necesitamos estrategias urgentes e innovadoras para prevenirlos, detectarlos y en caso necesario tratarlos, a una edad temprana”. (1) 

La información expresada en el párrafo anterior, está tomada de la página web de UNICEF y fue publicada el 05 de noviembre de 2019, antes de la pandemia producida por la COVID – 19, seguramente este escenario ha empeorado, las cifras han crecido, bastaría con pensar si en un hogar, los adultos atraviesan escenarios de estrés y depresión, posiblemente los menores de edad, padecen esos trastornos, sin saber cómo canalizarlos. Como educadores no debemos ignorar esta realidad, por el contrario, deberíamos asumir la importantísima tarea de investigar y construir estrategias que permitan hacer de la escuela un espacio de salvación, en donde cada niño logre encontrar su lugar de seguridad, de sanidad emocional y mental, logrando crecer en todas aquellas habilidades que le motiven a desarrollar su inteligencia espiritual, que en el fondo, será la que le ayudará a desarrollar las otras inteligencias para hacer frente a los escenarios de conflicto.

En el Reino Unido, la oficina para los estándares en la educación y que Alonso (2012) ha citado, señala que el desarrollo espiritual: “es el desarrollo no–material del ser humano que nos anima y sostiene y que dependiendo de nuestro punto de vista, acaba o continua en alguna forma cuando nos morimos. Algunas personas podrían denominarlo como el desarrollo del alma, otros como el desarrollo de la personalidad o del carácter.” (2) 

Qué interesante y valioso es poder identificar que la oficina para los estándares en la educación del Reino Unido, está considerando el desarrollo espiritual como uno de los principales fundamentos a tener en cuenta en el proceso educativo, ya que su función es animar y sostener la vida, ojalá en nuestras escuelas este sea uno de los ejes transversales a considerar en todas las actividades escolares. 

Volviendo a las afirmaciones realizadas por la UNICEF luego de varios estudios y consultas a expertos afirma:

“Según los últimos datos:

·       Más del 20% de los adolescentes de todo el mundo sufren trastornos mentales.

·       El suicidio es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años.

·       Alrededor del 15% de los adolescentes de países de ingresos medios y bajos se ha planteado el suicidio.

El coste de los trastornos mentales no es solo personal, sino también social y económico. Y, sin embargo, la salud mental de los niños y adolescentes ha sido ignorada a menudo en los planes de salud nacionales y globales.” (3) 

Sugiero que en todas las escuelas, se brinden herramientas de acompañamiento y formación para cada uno de los educadores, con el fin de construir estrategias preventivas que permitan a cada niño y joven, encontrar una ventana que oxigene y oriente sus sentimientos y pensamientos, hacia conductas sanas y fraternas, impactando al grupo social positivamente, trayendo como consecuencias un escuela que impacte el corazón de la familia.

“Muy pocos niños tienen acceso a programas que les enseñen a gestionar emociones difíciles”, afirma el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. “Muy pocos niños con enfermedades mentales tienen acceso a los servicios que necesitan. Esto debe cambiar”. (4)

No estoy proponiendo que los maestros asuman el papel de psicólogos, eso sería una gran irresponsabilidad. Lo que estoy proponiendo es que el maestro cuente con las herramientas necesarias para que su aula, el espacio de la clase, sea un ambiente sano, con las condiciones emocionales necesarias para motivar al aprendizaje, educando en las sanas relaciones sociales, aprendiendo a resolver conflictos, mirando al otro como una oportunidad para ser mejores personas y no sentir al hermano como una amenaza.

Quiero sugerir algunos elementos que podrían trabajarse desde los departamentos de psicología y orientación en cada escuela:

  • Promover espacios de encuentro en los que se ayude a cada maestro a identificar sus sentimientos, aquello que le motiva y alegra cada vez que se encuentra con sus estudiantes. Identificar lo positivo, lo hermoso de ser maestro.
  • Identificar aquellas acciones positivas, estimulantes, que cada maestro podría utilizar en sus aulas, con el fin de asegurar un clima agradable que beneficie el desarrollo de una clase.
  • Tener encuentros con los familiares de los estudiantes, con el fin de conversar en torno a la inteligencia espiritual y los beneficios que esta aporta al ser humano. Talleres formativos.
  • En cada una de las áreas del conocimiento, considerar algunas estrategias que desarrollen en los estudiantes las siguientes habilidades (inspirado de Alonso 2012):
  1.   “La introspección: comprender y aceptarse.
  2.   Desarrollar la imaginación, la inspiración y la intuición.
  3. Vivir la experiencia de asombro y misterio.
  4. Aprender a reflexionar sobre el origen y el sentido de la vida.
  5. Búsqueda del significado y propósito.
  6. Vivir experiencias en torno a lo trascendente.
  7. Reconocer que los recursos interiores aportan habilidades para sobreponernos a situaciones complejas.
  8. Identificar las habilidades propias en torno a la música, el arte, la literatura, el teatro, la artesanía.
  9. Admirar y respetar la naturaleza, el medio ambiente, la casa común.
  10. Desarrollar un sentido de comunidad, de encuentro con el otro.” (5)

Con el total convencimiento de que este escrito sea un aporte para cada uno de los educadores y pueda despertar inquietudes y nuevas iniciativas que impacten positivamente la vida de la escuela y las familias. 

Referencias bibliográficas:

(1) https://www.unicef.org/mexico/comunicados-prensa/m%C3%A1s-del-20-de-los-adolescentes-de-todo-el-mundo-sufren-trastornos-mentales

(2) Alonso, A. (2012). Pedagogía de la interioridad. Aprender a ser desde uno mismo. Madrid: Narcea. (pp 117 – 146)

(3) https://www.unicef.org/mexico/comunicados-prensa/m%C3%A1s-del-20-de-los-adolescentes-de-todo-el-mundo-sufren-trastornos-mentales

(4) Idem.

(5) Alonso, A. (2012). Pedagogía de la interioridad. Aprender a ser desde uno mismo. Madrid: Narcea. (pp 117 – 146)

Imágenes tomadas de google, en su mayoría de UNICEF.


26 de agosto de 2022

UNA TAREA PENDIENTE: LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL - Parte I

Comencemos rescatando diferentes reflexiones hechas por Francesc Torralba en torno a la inteligencia, él se pregunta ¿qué es la inteligencia? Y considera en su exposición varias definiciones: lo primero es aclarar que es una palabra polisémica, que posee significados múltiples. Posee un significado etimológico, proviene del latín intellegere, inter es “dentro”, llegere es “leer”, por lo tanto es leer dentro, no quedarse en la superficie, en la fachada, la persona busca intuir lo que está más allá de lo inmediato, leer dentro del corazón de las personas, lo que ocurre al interior de las instituciones, de la familia, entrever lo que atesora una lectura o un acontecimiento y se enriquece cuando el ejercicio de inteligencia lo realizan varias personas.

Posee otro significado que es inter eligere, capacidad de “elegir entre” varias opciones, elegir bien, aclarar lo que se oculta en la encrucijada.

Inteligencia es la facultad que nos permite elegir, para ello debemos deliberar y para deliberar debemos pensar y esta tarea se desarrolla mucho mejor comunitariamente, no en soledad, lo mejor es intercambiando ideas, experiencias, creencias, de esa manera se amplia la visión y el análisis, ya que se incorporan nuevos elementos.

Otro significado es la capacidad de adaptarse a entornos distintos. Los seres humanos hemos desarrollado la inteligencia, adaptándonos a diferentes entornos, hostiles, elaboramos herramientas que nos permitan vivir en lugares diferentes y extremos y de cada una salimos fortalecidos, con nuevos aprendizajes.

Otra definición es la capacidad que poseemos de encontrar soluciones a situaciones complejas, resolver problemas, una persona es inteligente cuando es capaz de encontrar una vía, caminos o puentes de mediación, sería la suma de las definiciones anteriores, se considera el elemento comunitario y la superación de dificultades o conflictos.

Al considerar estas definiciones que hacen referencia a la inteligencia y avanzando en el tema que estamos analizando, sería oportuno preguntarnos ¿los seres humanos nacemos con algo de espiritualidad?

Rescatando algunas definiciones realizadas por diferentes autores, podemos compartir que la espiritualidad “es un valor positivo y superior, ya que es una cualidad que determina, en la mayoría de los casos, un comportamiento coherente con los valores morales y éticos que ayudan al desarrollo individual.” (2)

Luego de leer esta definición podríamos afirmar que sí, que los seres humanos nacemos con espiritualidad, ya que es una tendencia innata en todas las personas y no estamos hablando de ser o no ser religiosos, de pertenecer a una religión, es una manera de comportarnos que es impulsada por aquellas creencias morales y éticas que en el proceso evolutivo hemos ido haciendo nuestras, porque reconocemos su importancia y valor para asegurar una calidad de vida.

Si la espiritualidad es un valor positivo, superior e innato en los seres humanos, ¿deberíamos educar la inteligencia espiritual?, ¿qué sucedería si la atrofiamos, o la dejamos en un estado germinal o latente, sin cultivarla?, ¿qué riqueza y oportunidades perdemos si no la educamos y desarrollamos? Al tener claridad de lo que es inteligencia emocional seguramente responderemos a estas preguntas sin mayor dificultad, ya que todo padre o madre quiere que sus hijos sean personas emocionalmente sanas, que respeten y valoren a toda la creación, que identifiquen sus fortalezas humanas y trascendentales, que desarrollen la capacidad de preguntar y argumentar sus teorías, que rechacen el mal.

Toda inteligencia requiere del otro para su desarrollo, requiere de alguien que la estimule, por mímesis los seres humanos, en especial los niños desarrollan capacidades y habilidades, esto sucede porque alguien le motivó y enseñó; necesitamos de un maestro. Es válida la pregunta ¿se puede desarrollar la inteligencia espiritual si se vive en un desierto espiritual, en un escenario en donde nunca se ora, se medita, se contempla? 

Alonso en su libro Pedagogía de la interioridad, afirma que Maslow definió el concepto “autorrealización” como un estado espiritual, es lo que hoy llamamos inteligencia espiritual. Si los padres de familia en el hogar y los maestros en las escuelas tuvieran conciencia de esto al momento de educar a los niños, seguramente tendríamos una sociedad sana, que supiera controlarse y canalizar las acciones, teniendo como guía los valores y principios que regirán su conducta. (3)

Considerando lo antes mencionado, tomamos la definición de inteligencia espiritual expresada por Zohar y citado por Alonso (2012), “la inteligencia espiritual es la inteligencia con que afrontamos y resolvemos problemas de significados y valores; la inteligencia con que podemos poner nuestros actos y nuestras vidas en un contexto más amplio, más rico y significativo; la inteligencia con que podemos determinar que un curso de acción o un camino vital es más valioso que otro. La inteligencia espiritual es la base necesaria para el eficaz funcionamiento tanto del coeficiente intelectual como de la inteligencia emocional. Es nuestra inteligencia primordial.”  (4)

En la vida nos estaremos enfrentando a situaciones complejas, que pueden generar conflictos personales o sociales, incluso crisis que se basan en la dificultad de identificar lo vital en la vida, y nos exigen desarrollar el discernimiento desde la libertad. Y en la medida en que eduquemos en la inteligencia espiritual, desarrollando la capacidad para tomar las mejores decisiones y que las acciones vayan en coherencia con el sentir y pensar, estaremos asegurando el camino educativo tan necesario que permita tener niños y jóvenes felices, seguros y claros al momento de tomar decisiones.

Alonso (2012) en su libro Pedagogía de la interioridad, cita a Zohar diciendo que todas nuestras inteligencias, posiblemente infinitas, pueden vincularse con uno de los tres sistemas básicos del cerebro: inteligencia emocional, inteligencia racional e inteligencia espiritual y sus asociadas disposiciones neuronales. Por otro lado, Ramón Guillermo Navas afirma que de estas tres la más importante es la inteligencia espiritual, ya que está relacionada con el ser. Según Menegatti sus manifestaciones serían la fe, la esperanza, el perdón, la capacidad de arrepentimiento (diferente a la culpa) y la humildad. (5)

Tony Buzan en su obra El poder de la inteligencia espiritual, define a las personas espiritualmente inteligentes como aquellas que intentan ser siempre conscientes de la grandiosidad de todo ser viviente y de la belleza del universo. Y como consecuencia:

·       Tienen amor y respeto por la naturaleza.

·       Están convencidas de que pueden cambiar algo. 

·       Todo lo que dicen, hacen y creen, saben que afecta a los demás.

·       Poseen unos valores y unos códigos internos de conducta que dan sentido a sus vidas.





·       Son compasivos y están comprometidos, comprenden sus causas y el significado de sus acciones y reacciones.

·       Saben dar y recibir.

·       Observan y aprenden de los niños, sin que esto signifique comportarse como ellos.


Zohar nos brinda una serie de modos que permiten detectar una alta inteligencia espiritual:

·       Las personas poseen una capacidad de ser flexibles, se adaptan espontáneamente a los cambios.

·       Se posee un alto nivel de conciencia de sí mismo, autoconocimiento.

·       Posee capacidad de afrontar y usar el sufrimiento en positivo, aprendizaje; afronta y trasciende al dolor.

·       Capacidad de inspirarse en ideas y valores.

·       Rechaza el causar daño a los otros.

·       Tendencia a ver las relaciones entre las cosas.

·       Tendencia a preguntar ¿por qué? y a pretender respuestas fundamentales.

·       Facilidad para estar en contra de las convenciones.



 Referencias bibliográficas:

1. Vídeo inspirador e iluminador del tema tratado: Francesc Torralba https://www.youtube.com/watch?v=s0atz-ePLSk&t=728s 

2. https://www.significados.com/espiritualidad/

3. Alonso, A. (2012). Pedagogía de la interioridad. Aprender a ser desde uno mismo. Madrid: Narcea. (pp 117 – 146)

4. Idem

5. Idem

Imágenes tomadas de google.

9 de agosto de 2021

¿CÓMO PODEMOS LOGRAR QUE UN ESTUDIANTE OCUPE EL CENTRO, MIENTRAS ALGUNOS EDUCADORES SE ENCUENTRAN EN LAS PERIFERIAS?

 SEGUNDA PARTE

¿Cómo podemos lograr que un estudiante ocupe el centro, mientras algunos educadores se encuentran en las periferias?

1. Conformación de comunidades de educadores: 

Existen unas condiciones necesarias para que una escuela sea un espacio de evangelización, una de ellas es la existencia de una comunidad de educadores que tenga conciencia de su misión y eso solamente se logra cuando se transita por esta experiencia, el que es amado sabe amar, el que es acogido y perdonado sabrá perdonar. Cuando esta experiencia comunitaria es sostenida por un grupo de maestros, estos contagiarán al resto, especialmente a los que van llegando.


La comunidad es siempre fuente, lugar y meta de toda acción evangelizadora. No hay pastoral -ni educativa ni ninguna otra- si el movimiento es de una sola persona. La acción pastoral se trata, fundamentalmente, de crear subjetividad social creyente; y en la pastoral educativa se trata de dar poder a los grupos para que lleven adelante su proyecto creyente desde la escuela. Porque la acción pastoral busca implantar el Reino de Dios en la sociedad por la implantación de la Iglesia en estado de comunidades.” (1)

La primera tarea que debería asumir el equipo directivo de una escuela es la de comenzar a construir experiencias de comunidad, contar con momentos de encuentro fraterno, para compartir la fe, orar juntos, celebrar la vida, sostenerse como hermanos y hermanas de una comunidad. Algunos de estos encuentros deben ser programados, otros serán espontáneos. Lo importante es que cada uno esté dispuesto a ser hermano – hermana del otro, sin prejuicios o teniendo guardadas algunas facturas por cobrar.

La comunidad debe tener las puertas abiertas, con la conciencia e intención de recibir a todos aquellos que deseen ser parte de ella. No son pequeños grupos que se aíslan del resto, al contrario, son el impulso y modelo para que la escuela se reconozca como una “iglesia”, el pueblo de Dios que se pone en camino misionero.

“El encuentro entre las personas es el umbral de la misión compartida. En el lado externo de ese umbral ponemos en común nuestras habilidades. Y cruzamos ese umbral cuando empezamos a poner en común nuestras personas. A partir de aquí podemos hablar de “misión compartida”, hemos cruzado el umbral.” (2)

Ese es el fin de la comunidad, llegar a mirarnos no como compañeros de trabajo, sino como hermanos, sin renunciar a los roles y responsabilidades que cada uno posee a nivel laboral.

“Misión compartida” es un proceso de comunión. A medida que entran en el proceso, las personas aprenden a compartir lo que son y no sólo lo que hacen. En el centro se sitúa la persona y no la tarea.” (3)


2. Plan de acompañamiento y evangelización: 

La pastoral educativa es siempre una acción planificada, esto es, que, partiendo de un discernimiento participativo sobre la situación presente, en tensión con los desafíos del Reino de Dios, busca racionalmente responder mediante una acción que promueva la conversión de las personas y los grupos al Evangelio.(4)

Quedarnos en construir comunidades cristianas, sería reducir el impacto evangelizador en cientos o miles de personas que se relacionan directa o indirectamente con la escuela. Es por ello que debemos planificar cada una de las etapas a alcanzar y los procedimientos a seguir. Cada escenario de la vida escolar debe convertirse en una oportunidad de evangelización, evitando fragmentar o yuxtaponer los conocimientos, las culturas y las vivencias a lo religioso. Cristo es el eje transversal de toda la escuela cristiana.

La planificación debe considerar:

·   si queremos servir a los otros, tenemos que formarnos, de manera especial en aquellas áreas que no siempre se consideran como importantes, ejemplo: en espiritualidad, evangelización y catequesis, doctrina social de la Iglesia,  

·  reconocer las diferencias, las desigualdades y los pluralismos que se dan entre los actores educativos,

·     es el modo práctico en el que se da el discernimiento de los signos de los tiempos.

Cada escuela desde su realidad deberá construir un instrumento de planificación que permita visualizar las metas a alcanzar, los trayectos que se deben seguir, los tramos que recorrerán dentro de cada trayecto, asignando responsables y recursos necesarios, con sus fechas bien delimitadas. En otras palabras, visualizar el itinerario evangelizador que no pelea ni se contradice con los planes pedagógicos.

Este plan de acompañamiento y evangelización considera el día a día de la escuela, cada uno de los momentos y escenarios vivibles. Cada conflicto será resuelto desde el razonamiento y los métodos cristianos, escuchando a todos, valorando cada testimonio, convirtiendo la experiencia en un aprendizaje que nos lleva a ser mejores personas.

“No se trata sólo de ofrecer una visión de la vida profundamente evangélica como una construcción coherente; se trata, además, de que esa visión sea operante en la vida de todos los días de todos los actores educativos. Reconocer la Palabra de Dios en “los bienes de la dignidad humana, la unión fraterna y la libertad, en todos los frutos excelentes de la naturaleza y de nuestro esfuerzo” (GS 39) nos tiene que llevar a crecer en dignidad, fraternidad, libertad, en transformación social hacia una sociedad alternativa. El lugar privilegiado para las actividades de este proceso son la convivencia diaria y el acompañamiento de todas las personas, las situaciones imprevistas que requieren intervención, la constitución de grupos y comunidades de fe, el aprendizaje de las elecciones y la pastoral vocacional, las actividades asistenciales, solidarias y misioneras.” (5)


3. Renacidos en el Espíritu: 

Retomando el relato del Evangelio según San Mateo, en el que se narra la sanación del hombre de la mano paralizada, quisiera rescatar desde el análisis y la comparación con la escuela algunos elementos.

En tiempos de Jesús, cuando se acudía al templo en día sábado, solamente estaba permitido orar, es lo que la ley marcaba, hacer algo diferente a lo religioso sería considerado como una falta grave. ¿Los educadores se sienten libres de crear, promover acciones innovadoras y evangelizadoras que exigen romper con alguna norma (tradicional) con el fin de poder colocar en el centro al estudiante, considerando su realidad, lo que le paraliza, devolviéndole la movilidad, no solamente mental, sino emocional, espiritual y por ende física, ya que esto le permitiría avanzar?

“El aislamiento y la cerrazón en uno mismo o en los propios intereses jamás son el camino para devolver esperanza y obrar una renovación, sino que es la cercanía, la cultura del encuentro. El aislamiento, no; cercanía, sí. Cultura del enfrentamiento, no; cultura del encuentro, sí.” (6)

El Espíritu Santo nos impulsa al encuentro. Renacer del Espíritu es reconocer que Dios está presente en cada ser humano, es ver oportunidades en donde aparentemente domina la tragedia, es abrir el corazón a lo nuevo a pesar de que estemos en medio de un escenario de muerte y destrucción. Renacer del Espíritu es aceptar que somos frágiles, seres de carne y hueso que dependen de un amor superior para avanzar por los caminos de salvación. Solamente quien cree en el Espíritu Santo es capaz de dejarse tocar y transformar, sintiendo las fuerzas necesarias para superar los límites de algunas leyes o tradiciones que impiden el surgimiento de nuevas oportunidades.

“¡Qué bonito sería que a medida que descubrimos nuevos planetas lejanos, volviéramos a descubrir las necesidades del hermano o de la hermana en órbita alrededor de mí!” (7)

Para que un educador pueda renacer en el Espíritu, tendría que vivir la experiencia del llamado vocacional, reconociendo que su presencia en la escuela tiene sentido en la medida en que toque los corazones de sus estudiantes y los lleve al conocimiento de “la verdad”. Esto solamente se logra cuando le damos al profesor luces y experiencias renovadoras, sanadoras y espirituales en las que identifica a Cristo que le llama en ese hermano o hermano que está en órbita a su alrededor, como lo afirma el Papa Francisco en Fratelli Tutti.

Jesús le otorga al hombre de la mano paralizada la sanación física y la libertad de hijo de Dios, esta es una de las grandes tareas que asumimos los educadores cristianos, brindarle todas las herramientas posibles y necesarias a los niños y jóvenes, para que puedan caminar por la vida sin riesgos de renunciar a su libertad, que puedan reconocer su valor y defenderlo, viviendo en fraternidad, construyendo experiencias comunitarias aprendidas por el testimonio dado por sus profesores. 

“El problema es que un camino de fraternidad, local y universal, sólo puede ser recorrido por espíritus libres y dispuestos a encuentros reales.” (8)

Cuando el educador se siente parte de una comunidad, en clima de fraternidad, puede construir y ejecutar un plan en el colegio que permita vivir el Evangelio en cada escenario escolar y conjuntamente se reconoce renacido, evangelizado por la acción del Espíritu Santo, aceptando la vocación de misionero y apóstol.

“Educar es un acto de amor, es dar vida. Y el amor es exigente, pide utilizar los mejores recursos, despertar la pasión y ponerse en camino con paciencia junto a los jóvenes.” (9)

Cuando estamos de acuerdo en la definición de “educar” sabremos el camino a seguir, lucharemos juntos por alcanzar la misma meta.



“Qué importante resulta entonces el empeño por crear una ´red´ extensa y fuerte de lazos verdaderamente humanos, que sostenga a los niños, que los abra confiada y serenamente a la realidad, que sea un auténtico lugar de encuentro, en el que lo verdadero, lo bueno y lo bello se den en su justa armonía. Si el chico no tiene esto, solamente le queda el camino de la delincuencia y de las adicciones. Los animo a que sigan trabajando para crear esta aldea humana, cada vez más humana, que ofrezca a los niños un presente de paz y un futuro de esperanza.” (10)


Bibliografía:

1. “Pastoral Educativa. Una mirada de fe sobre la tarea escolar”; RODRÍGUEZ Santiago fsc; Cuaderno MEL #28; página 10; Roma, junio 2005.

2. "Itinerario del educador”; BOTANA Antonio fsc; Cuaderno MEL #8; página 105; Roma, Marzo 2004.

3. "Itinerario del educador”; BOTANA Antonio fsc; Cuaderno MEL #8; página 106; Roma, Marzo 2004.

4. Documento de Puebla #1307.

5. "Pastoral Educativa. Una mirada de fe sobre la tarea escolar”; RODRÍGUEZ Santiago fsc; Cuaderno MEL #28; página 16; Roma, junio 2005.

6. Encíclica Fratelli Tutti, Papa Francisco, Asís 2020, #30.

7. Encíclica Fratelli Tutti, Papa Francisco, Asís 2020, #31

8. Encíclica Fratelli Tutti, Papa Francisco, Asís 2020, #50

9. Discurso del Papa Francisco en la plenaria de la Congregación para la Educación Católica; 12/02/2014.

10. Discurso del Papa Francisco, en el Encuentro Mundial de Scholas Ocurrentes, 04/09/2014.


      

12 de mayo de 2021

¿CÓMO PODEMOS LOGRAR QUE UN ESTUDIANTE OCUPE EL CENTRO, MIENTRAS ALGUNOS EDUCADORES SE ENCUENTRAN EN LAS PERIFERIAS?

 PRIMERA PARTE

¿Cómo podemos lograr que un estudiante ocupe el centro, mientras algunos educadores se encuentran en las periferias?



“La tarea educativa, el desarrollo de hábitos solidarios, la capacidad de pensar la vida humana más integralmente, la hondura espiritual, hacen falta para dar calidad a las relaciones humanas, de tal modo que sea la misma sociedad la que reaccione ante sus inequidades, sus desviaciones, los abusos de los poderes económicos, tecnológicos, políticos o mediáticos. Hay visiones liberales que ignoran este factor de la fragilidad humana, e imaginan un mundo que responde a un determinado orden que por sí solo podría asegurar el futuro y la solución de todos los problemas.” (1)

Nuestro escenario educativo, está sostenido por seres humanos que poseen diversas historias, experiencias que han dejado huellas y que al pasar de los años han ido definiendo la personalidad, el pensar y actuar de cada uno.

Sería muy ingenuo pensar, que todos entramos por las puertas de la escuela siendo maravillosos, educados, fraternos, solidarios o creyentes. Sí existen testimonios de educadores que construyen el Reino de Dios en la escuela, que se convierten en “ángeles custodios” de cada uno de los niños o jóvenes que se les han confiado; pero, lamentablemente, existe otro grupo, muy reducido, que cargan en sus espaldas la dura y pesada roca del dolor, de unas heridas que dejan cicatrices desde la infancia, convirtiéndose en un obstáculo para transitar su camino al encuentro y reconocimiento de su vocación.

Es correcto que al hablar de educación, el mayor porcentaje de nuestra mirada se dirija hacia el alumno, ya que ellos son los más vulnerables, son la razón de ser. Desde que el hombre tiene conciencia de su historia, la enseñanza ha ocupado un papel protagónico, los padres enseñan a los hijos todo lo necesario para sobrevivir y conservar las tradiciones y ritos familiares. El conocimiento le otorga poder al que lo posee, le permite influir sobre los otros y mejorar la calidad de vida, atraer el desarrollo y los avances, tanto económicos como científicos, espirituales y culturales.

“En aquel tiempo, entró Jesús en una sinagoga y había un hombre que tenía la mano paralizada. Los fariseos estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarle. Dice al hombre que tenía la mano seca: «Levántate ahí en medio». Y les dice: «¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?» Pero ellos callaban. Entonces, mirándoles con ira, apenado por la dureza de su corazón, dice al hombre: Extiende la mano». Él la extendió y quedó restablecida su mano. En cuanto salieron los fariseos, se confabularon con los herodianos contra él para ver cómo eliminarle.” (2)

Considero oportuno proponer este pasaje de las Sagradas Escrituras como uno de los íconos evangélicos inspiradores de la escuela cristiana, ampliando nuestra mirada y reflexión en cada personaje y detalle que se nos relatan. ¿Es lícito en la escuela hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?, ¿cuántas vidas se pueden salvar en una escuela?, ¿cuál es la ley que predomina?

Para nosotros la escuela es un lugar de salvación, podemos trasladar la imagen del templo a los colegios, espacios sagrados en donde la vida nace y se fortalece, se recupera y germina. Más adelante volveremos a abordar este texto del Evangelio.

Si queremos que el estudiante ocupe el centro, cabe preguntarnos ¿quién le ofrece ese espacio a los niños y jóvenes que asisten a las escuelas? La respuesta parece ser que los educadores y seguidamente surgen nuevas interrogantes, ¿los maestros son conscientes de esto?, ¿conocen los pasos a seguir para convertir la escuela en un lugar de salvación?, ¿cuántos maestros viven en la periferia y no lo saben?

Un maestro vive en la periferia cuando: 

* No reconoce que se le ha confiado la vida de sus estudiantes para amarlos y revelarles el mensaje de salvación, 

* cree que su única responsabilidad es transmitir conocimientos, 

* cuando cada encuentro con sus estudiantes no lo ve como una nueva oportunidad sino una obligación,

* cuando no ha logrado reconocer el paso de Dios por su vida,

* cuando no ha recibido el mensaje de salvación,

* cuando agrede o irrespeta a los estudiantes,

* cuando no actúa justamente,

* cuando no aprovecha los desaciertos de sus estudiantes como una oportunidad de crecimiento,

* cuando no se reconoce como embajador y ministro de Jesucristo,

* cuando no se preocupa en conocer las dificultades que atraviesan sus estudiantes,

* cuando no participa del proceso de construcción del Reino de Dios.


“La pregunta pastoral no es de ninguna manera ¿cómo hablaremos de Jesús a los hombres de hoy? La pregunta pastoral es siempre ¿cómo habla Jesús en los hombres de hoy? Quien se plantea la primera pregunta no busca signos. Está convencido de haber oído hablar a Dios y de saber qué ha dicho de una vez para siempre. En su perspectiva, el problema pastoral es un problema de medios, un problema que reside en averiguar cuáles son las adaptaciones de lenguaje que hay que hacer para que lo mismo de siempre sea entendido hoy. Un problema de recursos, técnicas y dinámicas. El que se hace la segunda pregunta, en cambio, sabe que el problema está en las mediaciones. Sabe que Dios habló en Jesús de un modo único e insuperable. Pero sabe también que el Espíritu está entregado en el mundo y que Jesús es Señor de la Historia.” (3)

Este texto nos permite adentrarnos un poco más en lo que será nuestra respuesta a la pregunta inicial y que posee el título de este ensayo ¿cómo podemos lograr que un estudiante ocupe el centro, mientras algunos educadores se encuentran en las periferias? En la medida en que existan maestros vocacionados, los estudiantes ocuparan el centro, cuando nos hacemos la pregunta “¿cómo habla Jesús en los hombres de hoy?” estamos en el camino acertado, escuchando al educador, a ese hombre y mujer que toca las puertas de la escuela pidiendo empleo, sin imaginarse que ha llegado a un “lugar de salvación”, a su casa, en donde se le acoge y valora por lo que es, por lo que sabe y es capaz de recibir y dar a los demás. Cuando eso sucede, la escuela deja de ser una estructura rígida, para pasar a ser un hogar, en donde el calor del fuego reúne a todos en su entorno y los fortalece, ahí comienza a nacer la comunidad cristiana.

Ante estas interrogantes y el reconocimiento de ofrecer un aporte al sistema educativo, comparto las siguientes ideas que pueden llegar a implementarse en cada escuela:

1. Conformación de comunidades de educadores.

2. Plan de acompañamiento y evangelización.

3. Renacidos en el Espíritu. 


En una próxima publicación procederemos a explicar cada uno de los tres puntos antes mencionados.


Bibliografía:

(1) Encíclica Fratelli Tutti, Papa Francisco, Asís 2020, #167.

(2) Del Evangelio según San Mateo 3,1-6

(3) “Pastoral Educativa. Una mirada de fe sobre la tarea escolar”; RODRÍGUEZ Santiago fsc; Cuaderno MEL #28; página 13; Roma, junio 2005.


31 de mayo de 2020

"NUESTRO MODO DE VIVIR NO ES DURO COMO LA PIEDRA"



 Las Piedras Piedra Gris - Foto gratis en Pixabay
“NUESTRO MODO DE VIVIR NO ES DURO COMO LA PIEDRA”
Pentecostés, tiempo de renovación

Luego de tanto tiempo sin alimentar el blog “Humano, Educador y Creyente” el cual nació como una maravillosa válvula de escape en medio de una gran crisis personal, días de incertidumbre, temor, búsqueda, desconcierto e incluso dudas; hoy decido retomarlo, ya que su efecto, sin yo llegar a imaginarlo, se ha convertido en un maravilloso aporte a la reflexión, el sentir y actuar de miles de personas.

Hoy quiero renovar mi agradecimiento a todos aquellos que me invitan a seguir escribiendo y en especial a no rendirme en este riesgo de escribir y expresar tantas ideas. En estos momentos es cuando recuerdo con mucho cariño a un maestro que tuve en el colegio y que años después, la vida me permitió compartir aulas con él, me refiero a José María Bernechea. 


En el año 2000 me encontraba trabajando en el Colegio La Salle La Colina, en la ciudad de Caracas, tenía una fuerte carga de horas de clases y saliendo de un curso luego de dar mi clase de formación religiosa, me topé en el receso con el profesor Bernechea quien cubría su momento de guardia frente a la capilla del colegio, nos pusimos a conversar, yo necesitaba desahogar un enojo e inquietud que traía, ya que ponía todo mi esfuerzo y conocimientos para intentar tocar la vida de los estudiantes y que pudieran motivarse a conocer los Evangelios, era muy difícil, algunos no mostraban interés y expresaban rechazo a mis palabras y estrategias; al compartir todo esto con el profesor Bernechea, él me dijo:

“Leo, no te rindas, porque el demonio quiere taparnos la boca y que no se hable de estas cosas, la principal tarea del mal, es convencernos de que él no existe, y que somos 100% libres de hacer lo que nos dé la gana, ignorando que muchas acciones son el resultado de sus tentaciones en nuestras vidas, no te calles ni dejes de proclamar los Evangelios.”

Esa conversación la tuvimos hace 20 años y sus palabras quedaron grabadas en mi corazón, no he dejado de cuestionarme, de permitirle a mis estudiantes que me enseñen, de mirar a los ojos y de intentar tocar los corazones, no con el “libro” llamado Biblia, sino con la vida traducida en Jesucristo.

Deseo en este escrito compartir mensajes y reflexiones de otro de mis grandes maestros, el hermano Carlos Bazarra OFM (Cap.), el cual fue sacerdote, pero no le agradaba que le dijeran “Padre”, nos recordaba que somos hermanos, hijos de un mismo Padre y que la fraternidad nos hace más cercanos, humildes, hijos, servidores y misericordiosos, él era fiel reflejo de San Francisco de Asís.

“En la entrada del Museo de Oro en Bogotá se puede leer un texto mitológico colombiano: "Nuestro modo de vivir no es duro como la piedra. Es como la vista penetrante de un cristal que traspasa. Así son nuestros hermanos y así son nuestros hijos. La estabilidad de un horcón no perdura, pero la bondad y el calor del sol sí perdura, porque tenemos su cristal en nuestro ser". El horcón, me han dicho que es el tronco que se fija en el suelo y sobre el cual se asientan las vigas de una choza indígena. Con el tiempo el horcón se pudre y hay que cambiarlo por otro nuevo. Los indios experimentaron esta verdad profunda: el comején acaba con el horcón, pero no puede destruir la bondad del corazón. Coincidencia total con el mensaje evangélico: "No amontonen tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroen, y ladrones que socavan y roban. Amontonen más bien tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan ni ladrones que socaven y roben. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón" (Mt 6, 19- 21). [página 18] (1)

Nuestro modo de vivir no es duro como la piedra, la vida da muchos cambios, en cuestión de minutos todo aquello que consideramos seguro y estable puede cambiar, incluso derrumbarse, convertirse en la mayor y verdadera prueba de fuerza o supervivencia, solamente aquel que ha atravesado el camino de la inseguridad o el de la incertidumbre y la caída, es capaz de detenerse para mirar atrás y replantear el futuro.

En cambio, nuestro modo de vivir es como la vista penetrante de un cristal que traspasa. Llegar a esta experiencia de ver más allá de lo esencial, de lo primeramente visible es lo que nos permitirá hacer de nuestras vidas un verdadero escenario en donde los colores y la misericordia sean quienes irradien cada paso que damos y nos permitan prepararnos para el nuevo momento en el que toque cambiar el horcón las veces que sea necesario.

Si lográramos comprender que el camino a la felicidad está marcado por la misericordia y no por la miseria.

La misericordia es la capacidad que nos da Dios de abrir nuestros corazones ante la miseria humana, sin juicios, sin señalamientos, abriendo los brazos como lo hizo el padre en la parábola del Hijo Pródigo, y antes de que su hijo abriera los labios, el padre salió corriendo, lo abrazó y llenó de besos, porque este hijo que se había ido y lo consideraba muerto, ha vuelto a la vida.

En nuestras sociedades necesitamos de normas, leyes, disciplina, horarios y acuerdos; eso es correcto, de lo contrario estaríamos frente a un terrible escenario de caos y destrucción. Lo incorrecto sería darle más valor y fuerza a la ley del sábado que al hombre hijo de Dios.


Guia de las Escuelas por Martin Corral

El mismo S. Juan Bautista De La Salle en el siglo XVII en la obra que escribe junto a los Hermanos, titulada “La guía de las Escuelas Cristianas”, le recuerda al maestro que antes de poner un castigo o sanción a un estudiante por una falta cometida, debe conversar con este, lograr identificar cuál fue la motivación que lo llevó a ese error y juntos, buscar el camino para enmendar y no volver a caer. Eso es un acto de misericordia, mirar a los ojos y tocar el corazón.

El hermano Bazarra nos sigue diciendo:

“Las diferentes actitudes que se toman en la vida frente a unos mismos problemas, dependen de la disposición del corazón. Un ser insensible se encoge de hombros ante el sufrimiento de otro. Una persona compasiva viendo sufrir a uno, experimenta un cambio, se altera (en el sentido etimológico de la palabra), es decir, se vuelve hacia el otro para aliviarle. La miseria le pone en movimiento hacia la misericordia. Se pasa del egocentrismo hacía la alternancia. Esto nunca lo da la dureza sino la sensibilidad.” [página 18] (1)

Este artículo lo estoy escribiendo en la fiesta de Pentecostés (domingo 31, de mayo de 2020), y antes de comenzar a escribirlo le pedía al Espíritu Santo que pusiera en mi mente las palabras correctas y en mi corazón los mejores sentimientos para poder llegarle a los lectores y que juntos sigamos trabajando sin cansancio por hacer de este mundo un mejor hogar. También hemos estado celebrando los 5 años desde que el Papa Francisco escribió la Encíclica Laudato Sí “alabado seas”.

[2] “La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y sufre dolores de parto» (Rm 8,22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura.” (2)

Nuevo impulso a campaña mundial por Laudato si | Reflexión y ...

Esta pandemia que vivimos a causa del COVID-19, nos ha dejado marcas para toda la vida. El ritmo y estilo de vida que traíamos, se han visto violentamente obligados a cambiar, ojalá que los signos visibles y evangélicos que se han hecho presentes no los olvidemos. Hemos reconocido el verdadero valor de un abrazo, de poder mirarnos a los ojos, de compartir el pan y rezar unos por otros con más fuerzas; ojalá que en nuestros corazones y futuros planes, existan nuevas ideas que sirvan para construir el hogar que deseamos tener y heredar para las generaciones futuras.

Continúo citando la Encíclica Laudato si:

[10] “Creo que Francisco es el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos. Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Amaba y era amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón universal. Era un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior.” (2)

Hoy nuevamente el Espíritu Santo nos invita a “cuidar lo que es débil”, y sería un excelente ejercicio detenernos a pensar en este asunto. ¿Quién o qué, forma parte de la lista de lo más débil? Ciertamente nuestro planeta y dentro de toda la creación aparecen los niños, los ancianos y toda mujer y hombre que no conoce el amor, que ha sido víctima de rechazo, desprecio, olvido o injusticia. Como bien explica el Santo Padre en la encíclica, la naturaleza y la humanidad son inseparables y San Francisco supo reconocerlo en el siglo XII, hoy estamos en el siglo XXI y pareciera que no logramos comprenderlo del todo. Tarea pendiente.

El hermano Carlos Bazarra nos enriquece la reflexión con el siguiente texto:

“Me atrevo a afirmar que la espiritualidad cristiana no puede tener otros cauces que los de la misericordia. Que ser cristiano y fiel al Evangelio no es más que entregarse a vivir la misericordia en todas sus dimensiones. Las obras de misericordia no pueden pasar de moda.
Ser humano es tener misericordia. Por eso, podemos afirmar que Dios es verdaderamente humano, aun antes de crear al hombre. Porque tenía esta dimensión de humanidad (rasgos de misericordia) pudo crear al hombre y a la mujer "a su imagen y semejanza" (Gn 1,26).” [página 5] (1)


Qué afirmación tan fuerte la que Carlos Bazarra nos hace. Quiere decir que ser cristiano es una condición obligante y conexa con ser misericordioso en todas sus dimensiones. Ser misericordioso es tener la capacidad de escuchar, de mirar a los ojos, de permitir que el otro toque tu corazón y juntos descubrir el camino a la reconciliación, corrigiendo lo que sea necesario y celebrando el regreso a casa.

LA PARED AMARILLA: EL HORIZONTE DE LA MISERICORDIAAfirmar que “Dios es verdaderamente humano” es reconocer que hemos sido creados desde el amor, desde la misericordia. Antes de hablar de pecado original, sería más fructífero hablar del amor original, aquel que nos dio la vida, que nos ha hecho imagen y semejanza suya y no conforme con eso, decide encarnarse, ser uno entre nosotros y dando su vida nos libera del pecado y de la muerte, su amor es tan grande que no se aparta de nosotros, y es por medio de su Santo Espíritu que nos sostiene y envía para hacer de este mundo un verdadero hogar, a pesar las dificultades y las batallas constantes contra el mal.

Que estas líneas que hoy les comparto puedan traducirse en todos los escenarios posibles, en la relación de los padres con sus hijos, maestros y estudiantes, vecinos y amigos, parejas, y por su puesto con toda la naturaleza.

“La aventura es tomar en serio el tránsito de la crueldad del hombre a la misericordia de Dios. Es la aventura cristiana de Jesús de Nazaret. Optó por la misericordia, por el perdón, por la solidaridad con los pobres y los pecadores.” [página 6] (1)

Feliz fiesta de Pentecostés para todos.

Vigilias de oración por Pentecostés 2020 – Pastoral de Juventud

ORACIÓN (Secuencia):

“Ven, Espíritu Divino manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; 
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos; por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno. Amén.”


Bibliografía
(1)    BAZARRA, C.; Vivir la misericordia. Una alternativa a la violencia, Ediciones Paulinas, 1996, Bogotá, Colombia.
(2)    PAPA FRANCISCO I, Encíclica Laudato si, 2015, Ciudad del Vaticano.