1 de mayo de 2019

HISTORIA DE FE


Historia de fe

Si cada persona tuviera la oportunidad de analizar con calma su historia de fe, seguramente tendríamos más respuestas y menos dudas o conflictos con Dios.

Imagen relacionadaLas prácticas religiosas que hemos realizado desde niños han sido aprendidas, transmitidas por nuestros padres, abuelos, tíos e incluso por la escuela. Entonces podemos comenzar por analizar que no todo el mundo posee la misma experiencia religiosa ya que cada familia transmite a sus niños lo que considera importante, valioso y necesario, todo esto desde lo que cada uno ha logrado comprender.

Tratemos de ser más claros en la explicación. Si una abuelita cree que Dios es fuerte y castiga, entonces transmitirá esa enseñanza a sus nietos, desde niños le tendrán miedo a Dios y lo verán como un juez que les observa y juzga poniendo sanciones a cada error cometido. Esos nietos dejarán de ser niños y pasarán a la adolescencia, etapa en la que la voz de los adultos suele sonar un poco molesta, no tiene tanta influencia, y en nombre de la mal entendida “libertad” algunos jóvenes dejan a un lado todas esas enseñanzas queriendo “construir” algo nuevo que se adapte más a sus actuales intereses y gustos. Entonces en algunos casos comienza una rebeldía contra Dios porque es malo, juez injusto, etc. El que menos tiene la culpa en todo este proceso de educación en la fe (Dios), es el que resulta pagando las consecuencias.

Otro ejemplo a considerar en nuestro análisis.

Desde muy pequeños nos hablaron de la Navidad como un momento en el que el niño Dios le trae regalos a los niños que durante el año se portaron bien. Para nuestra sorpresa, eso sucedía, la noche del 24 para el 25 de diciembre estábamos emocionados esperando que de todo lo escrito en nuestra carta llegara mágicamente y apareciera al pie del árbol de navidad o del pesebre. Ese gesto que parece tan inocente deja una marca en nuestro imaginario hacia Dios. Si de niños nos ha cumplido con la mayoría de los deseos pedidos, ¿por qué de adolescentes o adultos no pasa lo mismo?, ¿será que me porté muy mal o que él no es tan bueno como me decían?, ninguna de las opciones anteriores es correcta, no te portaste mal y mucho menos Dios ha dejado de ser bueno, cada caso hay que analizarlo con delicadeza y madurez, no debemos aplicar una sola respuesta a todas las realidades, eso sería irresponsable de nuestra parte.

Lamentablemente una bomba hace más ruido que miles de caricias que se ofrecen en el mundo. Los seres humanos escuchamos más el escándalo que produce el mal que los gestos discretos y tiernos de Dios.

La fe es uno de los tesoros que poseemos,  es muy frágil, debe ser cultivada y protegida con muchísimo cuidado, ya que constantemente está siendo atacada y en diversas oportunidades ni nos enteramos del daño que va sufriendo como consecuencia de nuestro descuido.

Leamos el siguiente cuento:

Sin parpadear
Durante una guerra civil en Corea, cierto general avanzaba implacablemente con sus tropas, tomando provincia tras provincia, y destruyendo todo lo que encontraba a su paso. El pueblo de una ciudad, al saber que el general se aproximaba y habiendo oído historias de su crueldad huyó a una montaña cercana.
Las tropas encontraron las casas vacías. Después de mucho buscar, descubrieron a un monje zen que había permanecido en el lugar. El general ordenó que viniese ante su presencia, pero el monje no obedeció.
Furioso, el general fue donde se encontraba el monje.
Resultado de imagen para monje zen-¡Tú no debes de saber quién soy yo! -rugió-. ¡Yo soy quien puede atravesar tu pecho con mi espada, sin parpadear siquiera!
El maestro zen se volvió hacia él y le respondió serenamente:
-Usted tampoco debe de saber quién soy yo. Yo soy aquel que puede ser atravesado por una espada, sin parpadear siquiera.
Al escuchar esto, el general se inclinó, hizo una reverencia, y se retiró. 
Paulo Coelho


Análisis:
¿Con quién podemos comparar al general que iba atacando a las personas y destruyendo todo rasgo de fe que encontraba a su paso?

¿A quién se parece la gente de ese pueblo que al escuchar lo malo que era ese general salió huyendo a una montaña cercana?, personas sin fe, frágiles, sin armas o estrategias para defenderse.

Los soldados encontraron las casas vacías, sin fe, sin nada ni nadie, el único que permaneció firme fue el monje.

¿A quién se parece el monje zen, cuáles son sus características?, ¿dónde estaba depositada su fuerza?

 Espero sus comentarios y reflexión.

¿HACIA DÓNDE QUEREMOS IR?


¿Hacia dónde queremos ir?

Resultado de imagen para direcciónToda institución educativa católica, atraviesa por el complejo camino de la defensa y seguridad del bien comunitario. Pensar en plural exige de todo ser humano el maravilloso esfuerzo de cambio de lugar al momento de observar. No es lo mismo mirar frente a un espejo que a través de una ventana que da a la calle. El escenario será totalmente diferente, sin darnos cuenta comenzaríamos a pensar más en los otros que en nosotros mismos.

Jesús de Nazaret nos invita constantemente al servicio, a la escucha, a dialogar como hermanos. Cuando en un salón de clases se encuentran 35 estudiantes y un profesor, es importante que existan normas, acuerdos previamente establecidos que aseguren la vivencia del Evangelio. Aunque las palabras de Jesucristo suenan muy hermosas, en lo profundo de su mensaje encontramos grandes exigencias, disciplina, coherencia y respeto.

¿Hacia dónde queremos ir? Veamos si el siguiente cuento nos ilumina un poco más sobre esta pregunta.

Todo es cuestión de tiempo

Un judío ortodoxo se acercó al rabino Wolf:
-¡Los bares están llenos, y las personas se pasan la madrugada entera divirtiéndose!

El rabino no respondió nada.

-Los bares están llenos, las personas pasan la noche en vela jugando a las cartas, ¿y usted no dice nada?

Es bueno que los bares estén llenos - fue el comentario de Wolf -. Todo el mundo, desde el principio de la creación, siempre ha deseado servir a Dios. El problema es que no todos saben la mejor manera de hacerlo. Intenta ver lo que te parece pecado como si se tratara de una virtud. Estas personas que pasan la noche en vela están aprendiendo a permanecer despiertas y a persistir en algo. Cuando se perfeccionen en eso, todo lo que tendrán que hacer es volverse hacia Dios. ¡Y qué magníficos siervos serán ellos entonces!

-Es usted muy optimista -dijo el hombre.

-No se trata de eso - respondió Wolf -. Se trata de entender que cualquier cosa que hacemos, por más absurda que nos parezca, puede conducirnos al camino. Todo es cuestión de tiempo.

Paulo Coelho

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En este cuento el rabino Wolf estaba realizando el verdadero ejercicio de la contemplación.  Observaba, ejercicio que el común de las personas no estamos acostumbrados a hacer. Él miraba con los ojos de la fe, permitiendo a Dios ser Dios. Ojalá nosotros logremos responder a la pregunta ¿hacia dónde queremos ir? Eso nos permitirá emprender el camino correcto y rectificar lo que sea necesario, de esta manera nos convertiremos en magníficos siervos, dispuestos a servir, a reconciliarnos con nuestro pasado permitiendo a Dios que resucite en nuestras vidas y de esa manera pondremos a su servicio todo lo aprendido.

Todo es cuestión de tiempo, el rabino Wolf afirma que desde el principio los seres humanos han querido servir a Dios. Cabe preguntarnos, ¿estoy listo para servir a Dios o necesito más tiempo?

De las destrezas y habilidades que he logrado desarrollar y reconocer en mí, ¿cuáles me permiten ponerme en servicio y de qué forma?

Con gusto leeré tu reflexión.

¿SERÁ QUE ME ENGAÑARON?


¿Será que me engañaron?

Resultado de imagen para dudasDesde muy pequeños nos han enseñado diferentes prácticas y dogmas sobre la religión a la que pertenecemos, algunas de estas enseñanzas nos han servido para avanzar en nuestro crecimiento humano como niños y preadolescentes, pero llegada la adolescencia comienzan a aparecer nuevas ideas, preguntas y muchas inquietudes, en especial sobre todo aquello que hasta el momento parecía intocable.

Algunas de las inquietudes que pueden estar surgiendo son:
Si Dios es tan bueno como dicen, ¿por qué permite que pasen cosas malas?
Si Dios es el todo poderoso, ¿por qué no elimina a los malos y deja solamente a los buenos?
¿Por qué Dios no evita los desastres naturales?
¿Cómo Dios permite que vengan al mundo tantos niños a sufrir?
¿Será que me engañaron?

Las preguntas seguramente son muchas más y cada una va naciendo junto a otros argumentos desde la experiencia “personal” que cada uno ha tenido a nivel religioso. 

Los extremos no suelen ser buenos y es muy importante que los adultos nos detengamos a analizar ¿cómo hemos educado en la fe a los niños? Ya que esto trae consigo consecuencias buenas o no tan buenas.

Una crianza en la fe basada en ritos, prácticas incomprendidas y sustentadas en el temor a Dios más que en el amor de Dios no generan buenos resultados.

Cumplir con los mandamientos y practicar los sacramentos porque la Iglesia lo manda y de lo contrario estoy pecando, podría generar en algún caso, sentimientos de rabia, dolor o molestia.

Pertenecer a una religión porque mis padres pertenecen no es un razonamiento lógico. Una educación religiosa familiar basada en el diálogo, el estudio, análisis, el conocimiento de las causas y la construcción de argumentos sólidos permite a cada uno de los integrantes sentirse tratado como protagonista y corresponsable, ejerciendo su ser imagen y semejanza de Dios.

¿Qué debemos hacer con tantas preguntas y dudas hacia Dios y la religión?
Lo primero es identificar cuál ha sido la educación religiosa recibida. Seguidamente amar esa historia personal, reconocer que todo lo recibido ha sido dado con la mejor de las intenciones, especialmente por parte de los padres. Es importante iniciar un proceso de clarificación de dudas, búsqueda de argumentos, desde una postura razonable, no impulsada por la rebeldía o la cerrazón.

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La fe es un don, un obsequio que Dios me da y que yo recibo para cultivarla o dejarla morir. Lo cierto es que posee tanta fragilidad que merece ser atendida y alimentada todos los días. No siempre conseguiremos respuestas razonables a todas nuestras preguntas, pretender conocerlo todo y dominar todo sería un acto de ingenuidad. No olvidemos que somos hombres y mujeres limitados, no dioses.

También es importante identificar qué es lo que cada uno está viviendo en estos momentos, qué origina tantas dudas. Dios no nos ha olvidado, ni ha renunciado al amor y misericordia que siente por nosotros. Si renunciara a eso dejaría de ser Dios.


"En la marcha hacia la verdad, la ira, el egoísmo, el rencor, etc.... deben quedar de lado, pues de otro modo sería imposible alcanzar la verdad. Un hombre a merced de sus pasiones puede tener muchas buenas intenciones, puede tener palabras verídicas, pero jamás descubrirá la verdad. Una búsqueda exitosa de la verdad exige liberarse por completo del tropel de dualidades tipo amor u odio, felicidad o desdicha."

Mahatma Gandhi

Reflexión final:
¿Cuál es el camino que deberíamos emprender para ir encontrando las respuestas a tantas preguntas sobre Dios y su presencia en nuestras vidas?
¿Qué debe hacer una persona para aumentar su fe evitando que sea debilitada?

Que este escrito sea la oportunidad para dialogar en familia y fortalecer cada experiencia religiosa que se va viviendo, no olvidemos que Dios desea que vivamos en libertad y plenamente felices.

Espero sus comentarios.