26 de agosto de 2022

UNA TAREA PENDIENTE: LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL - Parte I

Comencemos rescatando diferentes reflexiones hechas por Francesc Torralba en torno a la inteligencia, él se pregunta ¿qué es la inteligencia? Y considera en su exposición varias definiciones: lo primero es aclarar que es una palabra polisémica, que posee significados múltiples. Posee un significado etimológico, proviene del latín intellegere, inter es “dentro”, llegere es “leer”, por lo tanto es leer dentro, no quedarse en la superficie, en la fachada, la persona busca intuir lo que está más allá de lo inmediato, leer dentro del corazón de las personas, lo que ocurre al interior de las instituciones, de la familia, entrever lo que atesora una lectura o un acontecimiento y se enriquece cuando el ejercicio de inteligencia lo realizan varias personas.

Posee otro significado que es inter eligere, capacidad de “elegir entre” varias opciones, elegir bien, aclarar lo que se oculta en la encrucijada.

Inteligencia es la facultad que nos permite elegir, para ello debemos deliberar y para deliberar debemos pensar y esta tarea se desarrolla mucho mejor comunitariamente, no en soledad, lo mejor es intercambiando ideas, experiencias, creencias, de esa manera se amplia la visión y el análisis, ya que se incorporan nuevos elementos.

Otro significado es la capacidad de adaptarse a entornos distintos. Los seres humanos hemos desarrollado la inteligencia, adaptándonos a diferentes entornos, hostiles, elaboramos herramientas que nos permitan vivir en lugares diferentes y extremos y de cada una salimos fortalecidos, con nuevos aprendizajes.

Otra definición es la capacidad que poseemos de encontrar soluciones a situaciones complejas, resolver problemas, una persona es inteligente cuando es capaz de encontrar una vía, caminos o puentes de mediación, sería la suma de las definiciones anteriores, se considera el elemento comunitario y la superación de dificultades o conflictos.

Al considerar estas definiciones que hacen referencia a la inteligencia y avanzando en el tema que estamos analizando, sería oportuno preguntarnos ¿los seres humanos nacemos con algo de espiritualidad?

Rescatando algunas definiciones realizadas por diferentes autores, podemos compartir que la espiritualidad “es un valor positivo y superior, ya que es una cualidad que determina, en la mayoría de los casos, un comportamiento coherente con los valores morales y éticos que ayudan al desarrollo individual.” (2)

Luego de leer esta definición podríamos afirmar que sí, que los seres humanos nacemos con espiritualidad, ya que es una tendencia innata en todas las personas y no estamos hablando de ser o no ser religiosos, de pertenecer a una religión, es una manera de comportarnos que es impulsada por aquellas creencias morales y éticas que en el proceso evolutivo hemos ido haciendo nuestras, porque reconocemos su importancia y valor para asegurar una calidad de vida.

Si la espiritualidad es un valor positivo, superior e innato en los seres humanos, ¿deberíamos educar la inteligencia espiritual?, ¿qué sucedería si la atrofiamos, o la dejamos en un estado germinal o latente, sin cultivarla?, ¿qué riqueza y oportunidades perdemos si no la educamos y desarrollamos? Al tener claridad de lo que es inteligencia emocional seguramente responderemos a estas preguntas sin mayor dificultad, ya que todo padre o madre quiere que sus hijos sean personas emocionalmente sanas, que respeten y valoren a toda la creación, que identifiquen sus fortalezas humanas y trascendentales, que desarrollen la capacidad de preguntar y argumentar sus teorías, que rechacen el mal.

Toda inteligencia requiere del otro para su desarrollo, requiere de alguien que la estimule, por mímesis los seres humanos, en especial los niños desarrollan capacidades y habilidades, esto sucede porque alguien le motivó y enseñó; necesitamos de un maestro. Es válida la pregunta ¿se puede desarrollar la inteligencia espiritual si se vive en un desierto espiritual, en un escenario en donde nunca se ora, se medita, se contempla? 

Alonso en su libro Pedagogía de la interioridad, afirma que Maslow definió el concepto “autorrealización” como un estado espiritual, es lo que hoy llamamos inteligencia espiritual. Si los padres de familia en el hogar y los maestros en las escuelas tuvieran conciencia de esto al momento de educar a los niños, seguramente tendríamos una sociedad sana, que supiera controlarse y canalizar las acciones, teniendo como guía los valores y principios que regirán su conducta. (3)

Considerando lo antes mencionado, tomamos la definición de inteligencia espiritual expresada por Zohar y citado por Alonso (2012), “la inteligencia espiritual es la inteligencia con que afrontamos y resolvemos problemas de significados y valores; la inteligencia con que podemos poner nuestros actos y nuestras vidas en un contexto más amplio, más rico y significativo; la inteligencia con que podemos determinar que un curso de acción o un camino vital es más valioso que otro. La inteligencia espiritual es la base necesaria para el eficaz funcionamiento tanto del coeficiente intelectual como de la inteligencia emocional. Es nuestra inteligencia primordial.”  (4)

En la vida nos estaremos enfrentando a situaciones complejas, que pueden generar conflictos personales o sociales, incluso crisis que se basan en la dificultad de identificar lo vital en la vida, y nos exigen desarrollar el discernimiento desde la libertad. Y en la medida en que eduquemos en la inteligencia espiritual, desarrollando la capacidad para tomar las mejores decisiones y que las acciones vayan en coherencia con el sentir y pensar, estaremos asegurando el camino educativo tan necesario que permita tener niños y jóvenes felices, seguros y claros al momento de tomar decisiones.

Alonso (2012) en su libro Pedagogía de la interioridad, cita a Zohar diciendo que todas nuestras inteligencias, posiblemente infinitas, pueden vincularse con uno de los tres sistemas básicos del cerebro: inteligencia emocional, inteligencia racional e inteligencia espiritual y sus asociadas disposiciones neuronales. Por otro lado, Ramón Guillermo Navas afirma que de estas tres la más importante es la inteligencia espiritual, ya que está relacionada con el ser. Según Menegatti sus manifestaciones serían la fe, la esperanza, el perdón, la capacidad de arrepentimiento (diferente a la culpa) y la humildad. (5)

Tony Buzan en su obra El poder de la inteligencia espiritual, define a las personas espiritualmente inteligentes como aquellas que intentan ser siempre conscientes de la grandiosidad de todo ser viviente y de la belleza del universo. Y como consecuencia:

·       Tienen amor y respeto por la naturaleza.

·       Están convencidas de que pueden cambiar algo. 

·       Todo lo que dicen, hacen y creen, saben que afecta a los demás.

·       Poseen unos valores y unos códigos internos de conducta que dan sentido a sus vidas.





·       Son compasivos y están comprometidos, comprenden sus causas y el significado de sus acciones y reacciones.

·       Saben dar y recibir.

·       Observan y aprenden de los niños, sin que esto signifique comportarse como ellos.


Zohar nos brinda una serie de modos que permiten detectar una alta inteligencia espiritual:

·       Las personas poseen una capacidad de ser flexibles, se adaptan espontáneamente a los cambios.

·       Se posee un alto nivel de conciencia de sí mismo, autoconocimiento.

·       Posee capacidad de afrontar y usar el sufrimiento en positivo, aprendizaje; afronta y trasciende al dolor.

·       Capacidad de inspirarse en ideas y valores.

·       Rechaza el causar daño a los otros.

·       Tendencia a ver las relaciones entre las cosas.

·       Tendencia a preguntar ¿por qué? y a pretender respuestas fundamentales.

·       Facilidad para estar en contra de las convenciones.



 Referencias bibliográficas:

1. Vídeo inspirador e iluminador del tema tratado: Francesc Torralba https://www.youtube.com/watch?v=s0atz-ePLSk&t=728s 

2. https://www.significados.com/espiritualidad/

3. Alonso, A. (2012). Pedagogía de la interioridad. Aprender a ser desde uno mismo. Madrid: Narcea. (pp 117 – 146)

4. Idem

5. Idem

Imágenes tomadas de google.